Los líderes experimentados no deben gritar o exaltarse cuando en épocas de turbulencias, sino todo lo contrario.
Sala de Inversión.com La incertidumbre que se vive en Argentina debido a la fuerte devaluación que ha padecido el peso argentino durante el mes en enero, la mayor de los últimos 12 años, podría perjudicar seriamente a las empresas locales.
Acostumbradas a lidiar con tasas de inflación superiores al 25% en los últimos años, las compañías añaden un nuevo factor de incertidumbre: los súbitos movimientos del tipo de cambio.
Sin dudas, es más fácil lidiar con el segundo problema que con el primero. Sin embargo, según afirma un artículo de la revista Forbes, el líder de una compañía tiene que dar un paso atrás ante el surgimiento de una crisis, visualizar la situación con perspectiva y resolver el asunto de inmediato.
A continuación, las siete claves para mantener la estructura en los momentos de mayor presión:
Saber manejar las emociones. Los líderes experimentados no deben gritar o exaltarse cuando en épocas de turbulencias, sino todo lo contrario. Deben expresar su preocupación pero sin llegar a dejar que las emociones supongan una distracción, ya que la falta de atención impide analizar las situaciones con mayor claridad.
Nada personal. Las decisiones que tomamos no siempre funcionan como lo esperamos. Ante esto, un líder debe mantener la calma y no pensar en justificar su pensamiento y sus acciones. Así, el resto del equipo pensará que tiene la situación bajo control.
Pensar en positivo. Hay que mantener siempre esta tendencia, aun en los peores casos y tener el convencimiento que podrá salir de una agobiante situación. Lo mismo debe tomar usted como enseñanza en los tiempos de crisis. Por más que sienta el golpe, debe mantener una actitud mental positiva, optimista, para contagiar a sus empleados y esperanzarlos. Además, una actitud positiva puede neutralizar el caos.
El miedo es su peor enemigo. Este punto tiene relación con el anterior. En tiempos de crisis e incertidumbre, los líderes deben permanecer sin temores, ya que cuando uno se muestra vulnerable “es muy difícil actuar de forma racional y objetiva”, explica el texto.
No hay que preocuparse, hay que ocuparse. Los líderes que mantienen su compostura nunca muestran ningún signo de duda: ellos hablan con convicción, confianza y autoridad. Así, una vez más, darán la sensación a sus empleados de que todo está bajo control.
No descuide sus responsabilidades. Como líder, ha tomado la decisión de asumir las responsabilidades y compromisos y tomar las medidas necesarias para resolver los problemas antes de que la situación se evapore de sus manos. El primer paso para resolver una crisis es que el líder debe asumir su responsabilidad.
Ya pasó por esto. Los grandes líderes son conscientes de que una de las maneras más eficaces para mantener la cordura en los momentos difíciles es la de actuar como si ya hubiesen pasado por esa situación en el pasado. Esa entereza es la que debe mostrar un buen líder al frente de sus empleados.