Si bien la situación dista de los días oscuros de la crisis de hace 15 años, una estanflación rampante -caracterizada por precios en alza y una actividad estancada- se profundizaría en 2016.
La parálisis económica de Argentina probablemente empeorará el próximo año, mostró este martes un sondeo de Reuters, con un nuevo presidente que reducirá la intervención estatal con la esperanza de que eso conduzca a una rápida recuperación.
Si bien la situación dista de los días oscuros de la crisis de hace 15 años, una estanflación rampante -caracterizada por precios en alza y una actividad estancada- se profundizaría en 2016.
La economía argentina probablemente se contraerá un 0,5% en el 2016 tras una anémica expansión del 0,8% este año, de acuerdo con la mediana de las estimaciones de 11 analistas locales e internacionales.
Se prevé que la inflación se acelere al 35% desde un proyectado 27,1% en 2015, una tasa que ya es la más alta entre los países del G-20, por un amplio margen.
El presidente electo Mauricio Macri asume el 10 de diciembre con la promesa de liberalizar la economía de Argentina, que quedó excluida de los mercados financieros globales desde un default soberano en el 2001.
Macri deberá disminuir los subsidios a los sectores de energía y transporte para reducir el déficit fiscal y revivir la confianza de los inversores. Permitir largamente demoradas alzas de las tarifas de los servicios públicos podría alentar unas inversiones privadas que son muy necesarias.
Una veloz eliminación de los controles de capitales también está en la mesa de decisiones. Macri se ha expresado a favor de unificar los diferentes tipos de cambio de Argentina desde el primer día de su mandato, lo que probablemente lleve a una aguda devaluación del peso.
"La remoción de los subsidios, la depreciación cambiaria, los recortes del gasto público y una política monetaria más estricta dificultarán el crecimiento en el corto plazo", dijeron los analistas de Oxford Economics en un reporte la semana pasada.
La desaceleración de la economía de China y la recesión en Brasil también continuarían pesando sobre Argentina el próximo año, agregaron.
El sondeo mostró una previsión mediana para el tipo de cambio a 15,6 pesos por dólar para fines de 2016, implicando una devaluación de un 38 por ciento desde la cotización actual.
Si bien un desplome del valor de la moneda podría golpear a la popularidad de Macri al alimentar la inflación, también serviría para estabilizar las empobrecidas reservas internacionales del país y reducir la especulación en el mercado negro, donde el dólar vale alrededor de 55 por ciento más pesos que en el mercado oficial.
Los economistas que participaron del sondeo apostaron a que las políticas del nuevo Gobierno podrían resultar exitosas en el 2017, con una expansión prevista de 3,5 por ciento y una tasa de inflación menor, de 19,3%.
"El 2016 va a ser un año de transición ya que al Gobierno le tomará algún tiempo abordar algunos de los desequilibrios que hereda", dijo Juan Pablo Rud, un profesor de economía de la escuela Royal Holloway, en la Universidad de Londres. "La situación debería lucir mejor el año siguiente".
Mucho dependerá de la capacidad de Macri para lograr que el Congreso apruebe medidas económicas, por más que la nueva administración no cuenta con una mayoría legislativa.
En el vecino Brasil, donde Macri planea hacer su primer viaje internacional como presidente, el estancamiento político empeoró la recesión.
Macri ha pedido paciencia desde su estrecha victoria electoral, diciendo que primero tenía que descubrir los números "reales" de la economía después de años de supuestas manipulaciones de datos por parte del gobierno de Cristina Fernández.
Un arreglo con los inversores "holdout" que podría reabrir el acceso de Argentina al mercado internacional de deuda soberana sería otro desafío clave para Macri. Los analistas en el sondeo se mostraron optimistas, previendo un retorno del país a la plaza global de deuda en el segundo semestre de 2016.