En la declaración al término de la cumbre sindical, la CES propuso un plan de inversiones en la economía real equivalente al 2% del PIB europeo.
Atenas. La Confederación de Sindicatos Europeos (CES) exigió en Atenas un nuevo contrato social, el fortalecimiento de la democracia en las instituciones europeas y un nuevo "Plan Marshall" para toda la UE como modo de acabar con la crisis.
En la declaración al término de la cumbre sindical, la CES propuso un plan de inversiones en la economía real equivalente al 2% del PIB europeo destinado a la creación de empleo no sólo en los países en crisis -que serían, con todo, los beneficiarios prioritarios- sino en toda la Unión Europea.
Los sindicalistas europeos subrayaron la necesidad de "poner fin a las políticas de austeridad y de 'dumping' social en toda Europa, proteger las negociaciones colectivas, fortalecer la democracia en las instituciones europeas y poner en marcha una nueva estrategia de creación de empleo".
Además los sindicatos exhortaron a los ciudadanos que participen a las elecciones europeas de mayo para impedir que salgan fortalecidas las corrientes extremistas, nacionalistas y euroescépticas.
"La gestión de la crisis es debida a un diseño político que considera el estado social europeo incompatible con la economía global", destacó el presidente de CES y secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo.
La secretaria general de la CES, la francés Bernadette Ségol, subrayó por su parte "la completa falta de legitimidad de la troika" (Comisión Europea, Banco Central Europea y Fondo Monetario Internacional) que supervisa los programas de rescate.
"La gestión de la crisis europea fue un fracaso completo que favoreció a las corrientes políticas extremistas y antieuropeas", destacó Ségol.
La representante de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) Gabriele Bischoff apoyó la necesidad de un programa europeo de inversiones y destacó que "solo juntos" se podrá salir de la crisis.
Bischoff explicó que, a inicio de la década de los 2000, los sindicatos alemanes se opusieron sin éxito a la reducción salarial en Alemania y que eso provocó una crisis en sus relaciones con el Partido Socialdemócrata.
En la conferencia, además de la cúpula de la CES y los anfitriones griegos, participaron representantes de las organizaciones sindicales de España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Chipre, Bélgica y Austria.
En cambio no acudieron representantes sindicales de Reino Unido, Irlanda, Holanda, los países escandinavos y Europa Oriental.
"Los sindicalistas escandinavos, de todas los corrientes políticos, no comparten las posiciones que defendimos aquí", admitió el presidente de la confederación sindical griega GSEE, Yannis Panagópulos.