El vicepresidente Michel Temer, quien completaría el período de Rousseff hasta el 2018 si la mandataria es impugnada, probablemente gobernará durante una época de un alto desempleo crónico y déficit presupuestarios, proyectó el sondeo de Reuters.
Brasilia. El probable juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff no sería seguido por un inmediato repunte en la confianza empresarial o ganancias en la moneda brasileña, mostró el lunes un sondeo de Reuters.
El vicepresidente Michel Temer, quien completaría el período de Rousseff hasta el 2018 si la mandataria es impugnada, probablemente gobernará durante una época de un alto desempleo crónico y déficit presupuestarios, proyectó el sondeo.
Además no tendría el respaldo político para aprobar importantes reformas en el Congreso aunque cuenta con medidas alternativas para reimpulsar a la deprimida economía brasileña, aseguraron economistas en una encuesta realizada un día después de que Rousseff perdiera una crucial votación sobre un juicio político en la Cámara baja del Congreso.
"Las cosas en Brasil son mucho más problemáticas de lo que parecen", afirmó Pedro Tuesta, economista senior para América Latina de 4Cast. "Un cambio de Gobierno es una condición necesaria pero no es suficiente, por una gran margen", agregó.
Veinte economistas de los principales bancos y firmas de investigación participaron en el sondeo.
La mitad de ellos esperan que la confianza empresarial repunte de récord mínimos sólo en el cuarto trimestre del año. El desempleo, que creció rápidamente mientras Brasil cayó en una profunda recesión, comenzará a bajar recién en el 2018 o después, según 11 de los analistas.
Los resultados del sondeo contrastan con el optimismo del mercado a inicios de año cuando la impugnación ganaba impulso. La moneda brasileña, el real, se debilitaría a 3,73 unidades por dólar hacia finales de 2016 tras avanzar alrededor de un 10 por ciento este año.
Economistas dijeron que Temer probablemente comenzaría su gobierno recortando gastos y reduciendo los créditos subsidiados por los bancos públicos.
También serían probables alzas de impuestos, pero demorarían mientras Temer intente asegurarse popularidad.