La implementación de la austeridad "va a ser un enorme desafío y es difícil prever la capacidad (del Gobierno) para armar coaliciones y consensos para transitar este período de baja actividad económica", dijo Sebastián Briozzo, director de análisis de S&P.

Buenos Aires. El presidente argentino, Mauricio Macri, enfrentará un "enorme desafío" político para llevar adelante unos recortes presupuestarios acordados con el Fondo Monetario Internacional el próximo año, en momentos en que la economía se debilita, dijo un director de análisis de Standard & Poor's.

Argentina presentó esta semana su presupuesto para 2019, que prevé un ajuste de las cuentas públicas a través de reducciones de gastos y alzas de impuestos, mientras busca una ampliación de un pacto crediticio con el FMI para cubrir un gran bache en su programa financiero.

La implementación de la austeridad "va a ser un enorme desafío y es difícil prever la capacidad (del Gobierno) para armar coaliciones y consensos para transitar este período de baja actividad económica", dijo Sebastián Briozzo, director de análisis de S&P, consultado por Reuters en Buenos Aires.

Diferentes organizaciones sociales salieron a las calles en los últimos días en protesta contra los recortes, generando preocupación de los inversores por la gobernabilidad en un país con un largo historial de conflictos que afectaron a otras administraciones en el pasado.

La tercera economía latinoamericana sufre una inflación severa y una recaída de la actividad, mientras la moneda local, el peso, llegó a acumular un derrumbe de 50% de su valor este año.

Mientras el equipo económico argentino y los técnicos del FMI se esfuerzan por alcanzar un nuevo entendimiento, Briozzo se mostró optimista, diciendo que "está claro que hay bastante acuerdo y no parece existir una divergencia muy grande con el Fondo con respecto a lo que hay que hacer".

Por el efecto de la devaluación de este año, la deuda pública argentina subirá casi 30 puntos porcentuales a 87% del producto interno bruto (PIB) en 2019, un ratio que el analista de la agencia calificadora consideró "muy alto".

S&P tiene una nota de "B+" para la deuda argentina y Briozzo dijo que los fuertes desequilibrios económicos que aún acarrea el país desde el Gobierno anterior, así como la política financiera del actual, "van a mantener la calificación de Argentina en niveles relativamente bajos por mucho tiempo".