"Esto podría ocurrir si Grecia rechaza las reformas demandadas por la troika -la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)" dijo la entidad.

Nueva York. La calificadora de crédito Standard and Poor's dijo este lunes que ve "al menos" una probabilidad de uno en tres de que Grecia salga de la zona euro en los próximos meses, un resultado que podría dirigir al país, de finanzas muy frágiles, a otro incumplimiento de pagos soberano.

"Esto podría ocurrir si Grecia rechaza las reformas demandadas por la troika -la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)- y la consecuente suspensión del respaldo financiero externo", dijo S&P en un comunicado.

"Tal resultado, en nuestra opinión, dañaría seriamente a la economía griega y su posición fiscal a mediano plazo, y muy probablemente conduciría a otro incumplimiento soberano de Grecia", dijo.

Pero el impacto de una salida de Grecia sobre otros países de la zona euro con debilidad fiscal no estaría tan claro, dijo S&P, ya que es poco probable que otros créditos soberanos sigan a Grecia en la salida eventual de la unión monetaria.

"Creemos que las dificultades que sufriría la población griega en caso de que Grecia salga (del euro) disuadirían a cualquier otro Estado miembro de seguirla", dijo S&P en el reporte que acompañó al comunicado.

La agencia agregó que "el supuesto de nuestro escenario base es que una salida griega en sí misma no desataría automáticamente nuevas acciones a la baja de las calificaciones soberanas en otras partes. Sin embargo, mucho dependerá de la reacción de las políticas europeas tras una salida de Grecia".

El reporte de S&P se conoció un día antes de que los responsables de Finanzas del Grupo de los Siete (G7) países más desarrollados sostengan conversaciones de emergencia sobre la crisis de la deuda de la zona euro, en una señal de mayor alarma global sobre las tensiones en el área monetaria de 17 integrantes

Los mercados globales se vieron sacudidos por las nuevas señales de tensiones en la zona euro, incluyendo una turbulencia política en Grecia, a medida que se instala el cansancio por las medidas de austeridad entre los votantes que rechazan las iniciativas para un nuevo ajuste.