La tasa de desempleo no desestacionalizada de Brasil subió a 7,6% en agosto, desde 7,5% en julio, dijo este jueves el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Río de Janeiro. La tasa de desempleo en Brasil subió en agosto por octavo mes consecutivo y a su nivel más alto en más de cinco años, aunque el alza fue levemente menor a lo pronosticado por el mercado, mostraron datos publicados este jueves.
La tasa de desempleo no desestacionalizada de Brasil subió a 7,6% en agosto, desde 7,5% en julio, dijo este jueves el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El mercado proyectaba que la tasa de desempleo subiera a 7,7%, según la mediana de las previsiones de analistas consultados en un sondeo de Reuters, cuyos pronósticos oscilaron entre 7,4% y 8,0%.
El aumento del desempleo ha hecho que la confianza del consumidor caiga a mínimos históricos, en un círculo vicioso que ha contenido la demanda y empeorado tanto la recesión como la crisis presupuestaria gubernamental de Brasil.
La confianza del consumidor cayó a 76,3 en septiembre desde 80,6 en agosto, según un sondeo privado publicado este jueves.
La tasa de desempleo casi se ha doblado desde un mínimo histórico de 4,3% en diciembre debido a cientos de miles de despidos en los sectores de manufacturas y servicios, mientras la economía de Brasil se encamina a una profunda y probablemente larga recesión.
El número de brasileños con empleos en las seis principales áreas metropolitanas estudiadas por el IBGE bajó 1,8% frente a agosto de 2014, a 22,7 millones.
La cifra de personas que buscaron empleo en forma infructuosa aumentó 52% respecto al mismo mes del año pasado, a 1,9 millones.
Los salarios subieron en agosto, aunque no lo suficiente como para contrarrestar las pérdidas provocadas por una inflación que sube en forma sostenida, actualmente de 9,57% interanual.
Los salarios descontados por inflación se elevaron 0,5% respecto a julio, a 2.185,50 reales mensuales (US$520,39). Eso fue una baja de 3,5% respecto a agosto de 2014.
Se prevé que la economía de Brasil se contraiga 2,7% este año, según el Banco Central.
