La firma destacó que actualmente cinco países latinoamericanos -México, Chile, Brasil, Ecuador y Surinam- afrontan un panorama negativo y que ninguna calificación soberana de la región tiene perspectiva positiva.
El panorama de crédito soberano en los países de Latinoamérica se inclina más a acciones negativas tras un débil primer semestre de 2017, debido en parte a las complejas perspectivas macroeconómicas, a los problemas de consolidación fiscal y a la volatilidad política, dijo este miércoles Fitch Ratings.
La firma destacó que actualmente cinco países latinoamericanos -México, Chile, Brasil, Ecuador y Surinam- afrontan un panorama negativo y que ninguna calificación soberana de la región tiene perspectiva positiva.
En el primer semestre de 2017, la única acción favorable de Fitch fue la revisión de panorama negativo a estable para Colombia, en reconocimiento de su reforma laboral y de los drásticos descensos de su tasa de inflación y déficit de cuenta corriente, dijo la agencia crediticia en un comunicado.
Las presiones a las calificaciones de deuda se originan en su mayoría por el complejo escenario económico de la región, que se suma a las dificultades de la consolidación fiscal y a escenarios políticos volátiles o divididos, dijo Fitch.
"Todos estos factores tendrán un desarrollo crucial en el segundo semestre del 2017 y durante el 2018, a medida que muchos países presentan sus presupuestos para el próximo año y celebran elecciones", indicó Fitch en un comunicado.
Fitch estima que el crecimiento del PIB de la región experimentará una recuperación moderada a 1,1% en el 2017 y un 2,5% en el 2018, luego de sufrir dos años de contracción.
Sin embargo, estas previsiones enfrentan riesgos como un mayor proteccionismo comercial y controles de inmigración de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, una expansión económica menor a la prevista en China, precios débiles de las materias primas y condiciones externas de financiamiento más ajustadas.
Entre los aspectos favorables, Fitch puso de relieve que Chile y México están experimentando los beneficios de sus reformas tributarias, mientras que Colombia y Uruguay aprobaron aumentos de impuestos en el último año.