De acuerdo a estimaciones de la Cámara de Comercio de Santiago, los próximos tres meses estarán directamente afectados por los efectos destructivos del terremoto sobre la capacidad productiva de las empresas chilenas.
Las ventas del comercio minorista en Chile aumentaron a una tasa récord de 9,3%, fuertemente influidas por el aumento en el consumo de bienes durables, que fue de 24% en 12 meses.
La venta de no durables tuvo también una expansión importante de 6,6%, según explica la Cámara de Comercio de Santiago de Chile (CCS).
La actividad de los supermercados, netamente de consumo, mostró un crecimiento mucho menor, que no se condijo con el boom del comercio minorista en general.
En 12 meses, creció sólo 4,8%, casi la mitad que en enero (9,2%), y alcanzó a reflejar los efectos nocivos del terremoto en los últimos dos días del mes.
El cierre de muchos establecimientos, durante ese fin de semana, significó una merma de más de dos puntos en el crecimiento, el que, en caso de plena normalidad operativa, habría estado más cerca del 7% en 12 meses.
La producción industrial subió levemente en 0,5%, rompiendo el franco retroceso observado desde mediados de 2008. Lo que constituye un evento positivo, alimentado no sólo por mejores condiciones internas, sino también externas.
Al igual que en la actividad de los supermercados, la coyuntura de catástrofe delimitó en algunas décimas el crecimiento industrial, debido a la paralización de la producción programada en algunas plantas, durante los últimos días del mes, en la zona de mayor desastre sísmico.
Otros indicadores de coyuntura ratifican el exacerbado proceso de reactivación de la economía en febrero. Pese a haber sido también negativamente afectada por el sismo, la generación eléctrica subió 1,8%, repuntando el nulo crecimiento exhibido en el segundo semestre de 2009.
Los servicios de utilidad pública fueron el epicentro del terremoto, ya que la generación eléctrica tuvo una abrupta interrupción y hubo daños en las instalaciones que por ahora significaron resentir marcadamente la distribución de energía, que cayó en -5.3% en 12 meses.
En definitiva, las cifras de febrero 2010 marcarán el punto más alto de la reactivación iniciada en el cuarto trimestre de 2009, estimándose un Imacec del orden de 5%. El crecimiento finalmente recogido en el mes contiene en alguna leve medida el impacto del terremoto, de modo que en su tendencia debiera haber sido incluso algo superior en ausencia del sismo.
De acuerdo a estimaciones de la CCS, los próximos tres meses estarán directamente afectados por los efectos destructivos del terremoto sobre la capacidad productiva de las empresas.
El 14% de las firmas han visto afectado su flujo de producción por daños en su infraestructura productiva y 33% por problemas de acceso a insumos y proveedores. En estas nuevas condiciones, la actividad económica tendería a normalizarse plenamente en el segundo semestre del año, y a retomar hacia el último trimestre el crecimiento de 6% y más que comenzaba a mostrarse en el primer bimestre de 2010.
El cierre del año se acercaría a 4%, con un magro segundo trimestre que marcaría una expansión de alrededor de 2%.