El mundo es hoy, dijo, "mucho más volátil", se navega entre "mucha incertidumbre" y es preciso distinguir qué son "procesos estructurales".
El presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, volvió a sostener que la inflación "descontrolada" es el peor escenario posible para la toma de decisiones de los agentes económicos y que desde el gobierno no se quiere ayudar a la creación de "ollas a presión", sino generar un ambiente –en un contexto de fortalecimiento global del dólar– donde las decisiones de los diferentes actores se vayan "acomodando".
De esta manera, Bergara contestó una vez más a quienes afirman que Uruguay debería devaluar más aceleradamente para acompañar a los países de la región y no perder competitividad frente a ellos. Mientras que desde enero el real se depreció 38,5%, el peso uruguayo hizo lo propio pero alcanzando un guarismo de 21,4%. "Había planteos de que debíamos seguir esa locura", dijo.
Bergara también mencionó que la inflación es el "peor enemigo" de la competitividad de un país.
Durante su presentación ayer en el ciclo de conferencias El agro en los tiempos que vienen, el titular del BCU dijo que se transita hacia una "normalización" a nivel mundial, después de casi una década de "circunstancias excepcionales" –dólar barato, tasas de interés bajas y crecimiento de China a promedios altísimos–.
El mundo es hoy, dijo, "mucho más volátil", se navega entre "mucha incertidumbre" y es preciso distinguir qué son "procesos estructurales" y qué "ruido". La política económica debe, en este contexto, ser un agente de "estabilización" y no seguir al "ruido".
Bergara apuntó que el contexto global y regional es "desafiante". En relación a los vecinos, sostuvo que Argentina "no será motor de cambio" y su nuevo gobierno "enfrenta un desafío grande", y que Brasil, que atraviesa un proceso recesivo, caerá "al menos" 3% este año.
El presidente del BCU aseguró que Uruguay logró construir una "plataforma razonable" para enfrentar este escenario. A modo de ejemplo, mencionó el "colchón" de reservas que el BCU acumuló a modo de política contracíclica.
"Y ustedes (a los empresarios) seguramente los tienen porque me imagino que la misma exigencia de previsión contracíclica que se tiene con la política económica también la aplicarán en las empresas", disparó.
La inflación –que en octubre llegó a 9,1%, lejos del rango meta fijado por el gobierno de entre 3% y 7%– obliga, dijo Bergara, a que el país aplique una política monetaria contractiva.
Materias primas
La suerte que correrán las materias primas –que a octubre tuvieron una caída de 18,4% interanual según el Índice de Precios Commodities Relevantes de El Observador– es un elemento que genera interés en los empresarios del agro hoy. A este respecto, Bergara dijo que "pegó peor" en minerales y metales que en los alimentos.
El presidente del BCU también mencionó que es falso que algunas situaciones "se puedan arreglar con el tipo de cambio".
"Si Venezuela no paga los lácteos, no es un tema de tipo de cambio –además que habría que adivinar cuál es el tipo de cambio que tiene Venezuela–, es un tema de capacidades de pagar", indicó.
Una vez más, Bergara llamó a no operar de manera negativa sobre las expectativas de los agentes económicos para no invocar a la "profecía autocumplida". "Si a un formador de precios sistemáticamente le dicen al oído mirá que el dólar se va a $ 36, $ 38, mirá que la inflación no se va a sostener (...) con eso en la orejita uno que al otro día tiene que fijar precios qué hace: los sube", remató.