Carlos Melconian, afirmó que el país se encuentra “en un bienio de transición”, en el que se plantea el desafío de alcanzar "el sistema bancario de la estabilidad" para que la Argentina "retome el sendero del crecimiento".
Argentina “tiene que encontrar el sistema bancario de la estabilidad", dijo Melconian y especificó que “en este sistema financiero, durante el primer semestre, el crecimiento nominal del crédito fue de un tercio de la tasa de inflación; es decir, cayó en términos reales”.
Al plantear este escenario también consideró que para generar liquidez y desarrollar el sistema bancario será más importante la estabilidad de la macro economía que pagar altas tasas de interés.
“Transitoriamente, puede ser. Pero las tasas altas no son la solución genuina. Más que tasas altas, hace falta inflación baja. En este es un país costó colocar la línea de inversión productiva que era barato. Un empresario, aunque se endeude a 22%, piensa que después tiene que poder pagar ese crédito. La tasa real positiva tiene que ser en un país estable”, explicó Melconian, durante su exposición en el 10º aniversario de Bank Magazine realizado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Melconian se mostró optimista sobre la posibilidad de que la Argentina retome el sendero de crecimiento y relativizó sus últimas expresiones sobre la decisión del Gobierno de tomar deuda para pagar gastos corrientes.
“Toda la parte más negativa de este año es sinceramiento de lo que teníamos. En ese contexto, la deuda es el lugar genuino para ir mejorando la calidad del financiamiento. La deuda pública no es para usar para gastos corrientes. ¿Pero esto es eterno? No. Transitoriamente, sí”, completó.
Además, afirmó que en el Banco Nación ya se ven señales positivas sobre el blanqueo de capitales: “Hay muchas cuentas abiertas para el blanqueo. Lo que más se ve es exteriorización de afuera, donde lo único se paga es la penalidad. Se está armando. Vamos bien”, consideró.
El referente de Cambiemos también se refirió a la recuperación del crédito hipotecario y consideró que no deben esperarse colocaciones masivas en estos primeros dos años, dado que para esto es preciso garantizar la estabilidad de la macroeconomía.
“Estamos en un bienio de transición. Y en este bienio no va a ver crédito hipotecario masivo (en el sistema financiero argentino). En el ínterin el (Banco de la) Nación estará”, dijo, refiriéndose a las propias líneas de financiamiento habitacional de la entidad.
"¿Qué inflación hace falta para que este mercado tome vuelo?”, se le preguntó. “Hasta lo menos posible, mejor. La inflación debería ser de un 5%. En los países que tienen baja inflación coexisten (el) crecimiento, empleo privado y (la) estabilidad. Esto va a lograr la monetización, que es la mercadería bancaria para poder prestarla”, completó.
El éxito de los productos que ofrezca el banco “va a depender de la estabilidad macroeconómica y de la baja en la tasa de inflación”, añadió Melconian al hablar en un seminario en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, organizado por la revista “Bank Magazine”.
El titular del BNA admitió que la entidad “va a tener un balance peor de lo que nos dejó la anterior administración, que tenía un tercio de colocaciones en Lebac y un balance impecable, pero nosotros queremos darle crédito a la gente, no al Banco Central”.
Melconian sostuvo que el objetivo es “restablecer las ganancias del banco”, pero “queremos que cada vez más la capacidad prestable del sector privado vaya al sector privado; no puede ocurrir que vaya a deuda soberana, porque el Estado ya se financia en otros mercados”.
Sobre la performance reciente del Nación, precisó que “el banco creció en market share (cuota de mercado) en el primer semestre, cuando en términos reales cayó el crédito en el sistema financiero”.
El paquete hipotecario del BNA, recordó su presidente, incluye los préstamos a 20 años en pesos, con tres años de tasa fija de 14% y la posibilidad de que el núcleo familiar sea codeudor; que ya cuenta con 30.000 solicitudes y más de 3.000 créditos concedidos, de 900.000 pesos, en promedio.
La segunda línea, agregó Melconian, es la de desarrolladores, a tres años desde que se termina la obra, donde “el BNA aporta un peso por cada uno que invierta la empresa, y que tiene que empalmar con quienes llegan con nuestro crédito hipotecario”.