Este martes arranca acuerdo comercial con EE.UU. Hernando J. Gómez, 'zar' del TLC con ese país, confía que con el tratado las exportaciones hacia ese destino crezcan 40%.

Tras un extenso proceso de negociaciones de seis años para la implementación de un acuerdo comercial con Estados Unidos, que este martes 15 de mayo entra en vigencia, a los exportadores colombianos les llegó el ‘Día D’ para encarar uno de los mercados más competidos del mundo. Con el tratado en marcha, el primer contenedor colombiano desembarcará en ocho días con flores y textiles en las costas estadounidenses.

Sin embargo, el ‘zar’ del acuerdo, Hernando José Gómez, dijo a El Espectador que persisten problemas de infraestructura y aduaneros, además de sectores que temen su ruina pese al optimismo de algunas áreas de la industria. Agregó que con el TLC las exportaciones nacionales hacia Estados Unidos crecerán entre 35% y 40% en los próximos dos años.

El lunes, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó un decreto para oficializar la puesta en marcha del tratado. Era el último paso que allí faltaba.

-Este martes entra en vigencia el TLC con EE.UU. ¿Qué le falta a Colombia para afrontar el acuerdo? Cuando se logró que entrara en vigencia el 15 de mayo era porque todo estaba listo. Tanto ellos como nosotros cumplimos con nuestras obligaciones para poner en marcha el TLC.

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Naturalmente siempre tendremos cosas que mejorar por el camino, pero este es un proceso que lleva ocho años. Se armó la agenda de competitividad para subir en el Doing Business (el escalafón del Banco Mundial de los países con mayores facilidades para hacer negocios), pero hay que hacer más esfuerzos en temas aduaneros y en la reestructuración del Invima.

-Persiste el temor de muchos sectores. ¿Cómo ve el panorama? Analicé oportunidades recorriendo el país y hablando con todos los sectores. Si bien hay cuellos de botella en términos regulatorios e institucionales, todo se puede resolver para facilitar la generación de equipo exportable. Lo que uno ve es que el grueso del sector industrial siente que hay oportunidades en áreas como confecciones, calzado, marroquinería, muebles, químicos y metalmecánica.

Mientras más valor agregado y complejidad tengan los productos, más posibilidades tienen de una entrada sostenida en Estados Unidos. En el sector agropecuario se observan ya algunos productos con admisibilidad que pueden tener un impacto positivo, como lima limón, piña y brócoli. Un poco más adelante, aguacates, pimentón y melón. Estos suman más de US$4.000 millones de importación en EE.UU.

-¿Qué vamos a hacer con la infraestructura? Indudablemente en la parte de puertos y aeropuertos tenemos cosas bastante adecuadas. Cartagena fue declarado el mejor puerto del Caribe. Podemos tener mejor oferta, lo que va a favorecer mucho a Cartagena y a Barranquilla o a ciudades donde el grueso de la exportación se haga por vía aérea.

Evidentemente, el gran cuello de botella son las vías y ahí tenemos que consolidar los Corredores para la Prosperidad. En la Ruta del Sol falta una licencia ambiental para el tramo uno. También está el corredor Bogotá-Buenaventura, en particular de Buga a Buenaventura, para facilitar la salida de Pereira y Cali hacia el Pacífico. También están las Autopistas de la Montaña, para dar salida adecuada a Medellín.

Otra cosa importante es el redescubrimiento del río Magdalena. Hay cuatro sociedades portuarias desarrollando muelles e instalaciones en Gamarra, para garantizar la navegación permanente. Estamos buscando la manera de dar garantías de navegabilidad hasta Barrancabermeja (Santander) y Puerto Salgar (Cundinamarca). Eso permitiría reducir entre 12% y 20% los fletes de los empresarios de Medellín, Bucaramanga y Bogotá.

-¿Cuánto puede exportar el país con el tratado el primer año? Se observa, de acuerdo a los modelos econométricos del Gobierno, que el comercio con Estados Unidos podría aumentar en los dos primeros años en el orden de 35% a 40%. Uno podría esperar incrementos de $1.500 millones en exportaciones y, así mismo, igual suma en importaciones hacia el país. Lo importante es convertir a Colombia en una plataforma exportadora.

-¿Cuándo llegará el primer contenedor de EE.UU. a Colombia? Es un proceso de ocho días. A diario llegan contenedores de allá, pero, con el TLC, en términos de una semana a partir del 15 de mayo. Lo mismo que de acá para allá.

-Sumando la revaluación al TLC, ¿cómo queda el panorama? La revaluación es un tema complejo, pero hay que pensar que en los últimos años las exportaciones no tradicionales están creciendo a tasas de dos dígitos. Esperaríamos que ese aumento sea sostenible.

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-La relación Atpdea-TLC... Bajo el Atpdea únicamente estaban amparados algunos productos, como las camisetas, las medias y los jeans, principalmente. Ahora, las oportunidades se extenderán a toda la cadena.

-¿A qué nuevos estados podrán llegar productos de la industria textil? A partir de ahora los exportadores colombianos podrán llegar con sus textiles, confecciones, diseños y moda a los principales canales de distribución, que están situados en California, Texas, Florida, Nueva York, Georgia e Illinois, los cuales ofrecen oportunidades de paquete completo para el negocio, es decir, desde las materias primas e insumos, hasta el bien terminado.

-¿Cómo quedan las mipymes con el tratado? En efecto, las mipymes son la base de nuestra economía, y la gran mayoría de ellas está en el sector de comercio y servicios. Por ese solo hecho se verán favorecidas con el tratado. De otra parte, las que están en el sector de manufacturas contarán con equipos y materias primas más económicas, para atender el mercado nacional.

-En temas sanitarios, ¿habrá asesoría? Claro que sí. Se contará con expertos para gestionar acciones que permitan superar obstáculos para la oferta exportable en este campo, y se brindará capacitación para la búsqueda de certificaciones de calidad que impulsen una oferta más competitiva. La estrategia: 18 investigaciones de nicho o productos nuevos para potencializar la oferta exportadora actual.

-¿Cuáles serán las ciudades más beneficiadas? Las ciudades con puertos sobre el Caribe, como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, o sobre el Pacífico, como Buenaventura, ya han visto sus economías dinamizadas por efecto del mayor comercio que abren los tratados.