La fortaleza del mercado interno ha permitido que la conomía mexicana se encuentre fuerte para resistir el entorno de volatilidad y bajo crecimiento a nivel mundial, consideró Carlos Serrano, economista en jefe de Grupo Financiero BBVA Bancomer.
El tipo de cambio podría superar 20 pesos por dólar derivado de la incertidumbre financiera que provoca la posible salida de Gran Bretaña de la eurozona y la posibilidad de que el candidato por la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump resulte electo, aseguró Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer. “De que podría superar, podría superar los 20 pesos”, resaltó.
Comentó que las preocupaciones por el ciclo global, las expectativas sobre la normalización de la política monetaria en Estadios Unidos se han combinado con algunos intervalos de clara diferenciación negativa del peso mexicano para llevar al dólar a niveles por encima de 18.2 pesos por dólar, lo que la mantiene como la segunda moneda más depreciada entre las divisas emergentes.
Sea cual sea el origen, el hecho es que la mencionada diferenciación ha exacerbado la depreciación del peso, lo cual en un contexto con riesgos al alza en lo que resta del año, y esto hace pensar que la apreciación desde los niveles actuales podría ser más limitada”, dijo.
Detalló que Trump propone la apertura y renegociación del TLC, la confiscación de las remesas que envían los mexicanos, los que se convierten en temas que podrían aumentar la incertidumbre.
Consumo interno impulsa crecimiento. La fortaleza del mercado interno ha permitido que la conomía mexicana se encuentre fuerte para resistir el entorno de volatilidad y bajo crecimiento a nivel mundial, consideró Carlos Serrano, economista en jefe de Grupo Financiero BBVA Bancomer.
En conferencia de prensa, en la que se dio a conocer el informe Situación México, el economista del principal grupo financiero del país destacó que el consumo privado seguirá siendo el principal componente de la demanda agregada que impulsará el crecimiento económico de México a lo largo del este año.
“El consumo privado está apoyado por incrementos en el salario real, remesas en moneda nacional y la continuidad de los programas de formalización del empleo”, explicó Carlos Serrano.
De ahí que la institución elevó de 2,2% a 2,6% el pronóstico de crecimiento para México en un entorno en donde la economía mundial se estima que crezca a una tasa de 3.2% como consecuencia del bajo desempeño observado en el primer trimestre del año.
Resaltó que el país ha demostrado su capacidad para enfrentar dos retos en particular que se presentan en el entorno exterior. Por un lado, la caída en los precios internacionales del petróleo y por el otro, la desaceleración del sector manufacturero en Estados Unidos.
No obstante, reconoció que el mercado interno ha reaccionado de manera “muy robusta y el hecho de que muestre esas tasas de crecimiento es señal de que las fortalezas macroeconómicas han dado las bases al país para enfrentar choques externos”.
Explicó que el mercado interno está compensando las debilidades del sector externo y así se mantendrá hacia delante gracias a los bajos niveles de inflación, que se mantendrán durante el año para cerrar por debajo de tres por ciento.
Indicadores. Carlos Serrano comentó que esta favorable evolución de la inflación responde principalmente a la holgura que persiste en la economía, la disminución de algunos precios que ha provocado un efecto compensación del traspaso del tipo de cambio a la inflación (pass-through) y el anclaje de las expectativas de inflación.
Agregó que en los mercados financieros, la mayor frecuencia y persistencia de los episodios de riesgo ha quedado de manifiesto en la cotización del tipo de cambio, que al momento sigue siendo la principal variable de absorción de choques.
La incertidumbre cambiaria detonó nuevamente la expectativa de un movimiento al alza y fuera de calendario de la tasa de referencia. Aunque la comunicación del banco central ha sido contraria a este escenario, la debilidad del peso y la menor probabilidad de un movimiento por parte de la Fed en junio, mantienen las expectativas de una divergencia entre la política monetaria de México y Estados Unidos.