La Comisión señaló que las dos reformas introducidas este año por el Gobierno conservador podrían quedarse cortas, ya que solo buscan atajar los problemas derivados de la exposición al sector inmobiliario.
Madrid. La Comisión Europa recomendó este miércoles a España una serie de medidas para relanzar la economía y frenar los problemas presupuestarios entre las que destaca un mayor esfuerzo de saneamiento en el atribulado sector bancario.
"El debilitamiento de las perspectivas macroeconómicas podría requerir un mayor fortalecimiento de los colchones de capital en los bancos, sobre todo de las entidades más débiles", dijo la Comisión tras reconocer los esfuerzos emprendidos en España con sus reformas recientes, incluida la del sector financiero.
La Comisión señaló que las dos reformas introducidas este año por el Gobierno conservador podrían quedarse cortas, ya que solo buscan atajar los problemas derivados de la exposición al sector inmobiliario.
"La vulnerabilidad con respecto a otras exposiciones como los créditos a PYME (pequeñas y medianas empresas) e hipotecas no han sido abordadas", dijo en el documento de trabajo sobre el programa de compromisos reformistas incluidos en el plan de estabilidad presentado por España.
España, que ya anunció a Bruselas que pretende subir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros impuestos especiales en el 2013, también recibió el espaldarazo de la Comisión, aunque la institución dijo que el país debería profundizar su disciplina fiscal, sobre todo en las regiones.
Con la prima de riesgo de la deuda en máximos históricos y crecientes temores a la necesidad de un rescate bancario tras el anuncio de nacionalización de Bankia con un aporte de 23.500 millones de euros, España pretende utilizar, para financiar a regiones y bancos, el margen que tiene para elevar su ratio de deuda sobre el PIB, única fortaleza relativa de la economía española respecto a sus socios europeos.
En este sentido, la Comisión lanzó una clara advertencia sobre el riesgo de que este ratio aumente a políticas constantes al ciento por ciento si no se adoptan planes a más largo plazo.
"Sería necesaria una considerable consolidación fiscal adicional más allá del horizonte previsto para realizar progresos (...) más allá del corto plazo", dijo.
En concreto, se refirió al riesgo latente de un aumento sustancial de la deuda como consecuencia del uso de fondos públicos para recapitalizar a bancos con problemas.
En el 2011, España cerró con un ratio de deuda sobre el Producto Interno Bruto del 68,5 por ciento y sobre la base de los presupuestos pretende cerrar el 2012 en un 78,9 por ciento.
