El país forma parte del grupo de naciones que cuentan con un perfil de riesgo “especulativo”, y las recientes correcciones de las distintas calificadoras posicionaron a Uruguay a dos peldaños del grado inversor, con un rating de BB.
De obtener el grado inversor por parte de las calificadoras, Uruguay recibirá un importante beneficio en materia de reducción del costo de financiamiento. De hecho, la diferencia entre el rendimiento de los bonos uruguayos y los emitidos por el Tesoro estadounidense –considerados los más seguros para los inversores– se reduciría en 36%.
Según un estudio realizado por investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), el grado inversor impacta de forma importante sobre la percepción de los mercados. No así una mejora de la calificación de riesgo en los escalones inmediatos al Investment Grade, donde el efecto sobre los diferenciales de riesgo es “insignificante”.
Uruguay forma parte del grupo de países que cuentan con un perfil de riesgo “especulativo”, y las recientes correcciones de las distintas calificadoras posicionaron a Uruguay a dos peldaños del grado inversor, con un rating de BB. Según el estudio, el próximo paso rumbo a una mejora en la calificación no tendrá para Uruguay un efecto significativo sobre el costo de endeudarse.
De hecho, la evidencia empírica da cuenta que en las últimas subas realizadas por las agencias, el efecto sobre el riesgo país uruguayo fue prácticamente nulo. Pero luego de obtenido el grado inversor, la economía uruguaya verá materializada en cada suba de la calificación, una baja de entre 5% y 10% en el diferencial de riesgo respecto a los bonos estadounidenses.
El estudio realizado por Laura Jaramillo y Catalina Tejada titulado “Calificaciones de riesgo soberano y spreads en los mercados emergentes: ¿el grado inversor importa?”, no solo determina el impacto de las calificadoras sobre la percepción del mercado, sino también los determinantes de las oscilaciones en el riesgo país de las economías emergentes.
En una muestra de 35 países que incluye a Uruguay, las investigadoras determinaron que 47% de la variación de los diferenciales de riesgo depende de la coyuntura financiera internacional, mientras que solo 32% se ve condicionada por la calificación de riesgo y las principales variables macroeconómicas del país. El resultado es similar para la deuda de mediano y largo plazo.
A la hora de formar precios, el mercado no espera a que las calificadoras de riesgo evalúen el impacto de los cambios en la coyuntura. Según el estudio del FMI, los agentes son más sensibles a las variables de endeudamiento y crecimiento económico de los países con grado especulativo.
En el caso del endeudamiento bruto, medido como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI), el registro que interesa al mercado es el de las obligaciones contraídas con el sector externo. En ese sentido, un aumento de 7% traerá aparejado una suba de 17% en el riesgo país.
Sin embargo, en las economías que ya poseen el grado inversor la relación es mucho más baja. Ante una suba de siete puntos registrarán un incremento de igual magnitud en su diferencial de riesgo.
En cuanto a la tenencia de activos de reserva, el mercado premia a los países con grado especulativo con una caída de 4% en los spreads cuando registran incremento de igual magnitud en el nivel de reservas. Esa variable es irrelevante una vez que se alcanza el grado especulativo.
En tanto, dos puntos porcentuales de crecimiento del Producto Bruto Interno se trasladan a una baja de 4% en el riesgo de los países con grado especulativo y de 10% en aquellos de mejor calificación.