Las empresas públicas también siguieron este camino, con colocaciones superiores a los US$ 100 millones. Estos datos se desprenden del informe de Política Monetaria de junio elaborado por el Banco Central del Uruguay.
Durante el primer trimestre del año se registró una salida de divisas concretada por el Banco República y la banca privada que constituyeron activos en el exterior por más de US$ 500 millones. Además las empresas públicas también siguieron ese camino con colocaciones superiores a los US$ 100 millones.
En el otro extremo, el Banco Central bajó sus activos fuera del país en US$ 178 millones y lo hizo fundamentalmente para hacer frente a la amortización del bono en yenes por US$168 millones que venció en marzo último.
Esos datos se desprenden del informe de Política Monetaria de junio elaborado por el Banco Central del Uruguay y que fue publicado este martes.
El documento destacó además que se enfrenta un concierto internacional donde cada vez aparecen más signos de incertidumbre y no se sabe cuándo se volverá a transitar una trayectoria de crecimiento sostenido.
La situación de EE.UU. con una frágil recuperación, la zona euro con una crisis de deuda en Grecia que amenaza expandirse y la economía China, que si bien crece a tasas altas mostró señales de cierta desaceleración, aportan volatilidad al escenario global.
En lo local, el informe marcó la preocupación que tienen las autoridades por la tendencia inflacionaria y las expectativas de largo plazo.
“El Banco considera necesario que las expectativas de los agentes converjan al interior del rango-meta a los efectos de que la visión de los formadores de precios no se transforme en un obstáculo al logro de los objetivos de inflación”, señala el informe oficial.
Respecto al tipo de cambio, se señaló que el Banco Central permitió que el peso uruguayo “acompañara las tendencias internacionales pero ha intervenido para evitar movimientos bruscos e innecesarios, en una economía que todavía exhibe una alta dolarización”.
Según el informe del BCU, las autoridades observan “un crecimiento del gasto, tanto en consumo como en inversión, por encima del producto (8,3% consumo agregado y 9,3% a nivel privado), aspecto que también genera preocupación por el impacto inflacionario que las presiones de demanda pueden tener sobre un nivel de producto al límite de su capacidad potencial, especialmente en el sector no transable”.
“Se sigue con preocupación el escenario macroeconómico que presentará previsiblemente mayores amenazas inflacionarias vinculadas a la firme demanda doméstica, así como los altos precios internacionales en el horizonte de política, y la falta de convergencia de las expectativas inflacionarias al nuevo rango en el horizonte relevante. En este contexto, el Banco Central se mantendrá atento, monitoreando en forma sistemática la evolución de la inflación y las expectativas, así como la situación macroeconómica”.
En otro orden, se señaló que los indicadores de rentabilidad exportadora muestran niveles relativamente altos en la comparación histórica, por lo que no se visualizan razones de pérdida de rentabilidad asociadas al nivel de tipo de cambio nominal actual, de acuerdo al informe del Banco Central.
Según la proyección del Fondo Monetario Internacional, los precios de los alimentos permanecerán relativamente estables en la segunda parte del año y comenzarán a descender levemente en el segundo semestre de 2012.