“Vamos a enfrentar desafíos que sin dudas nos preocupan a todos”, advirtió el presidente del Banco Central, Mario Bergara.
Alerta, pero serena. Esa es la posición del equipo económico de gobierno de cara a las amenazas que se ciernen desde el exterior. El presidente del Banco Central, Mario Bergara, dio ayer la visión oficial sobre la crisis en Europa, la lenta recuperación de la economía estadounidense, la desaceleración de los grandes emergentes y los problemas que atraviesan las economías de la región. El jerarca no restó relevancia al contexto de “incertidumbre y volatilidad” que atraviesa la economía mundial, pero aseguró que Uruguay está en condiciones para atravesarlo con éxito.
“Vamos a enfrentar desafíos que sin dudas nos preocupan a todos”, advirtió Bergara durante la conferencia titulada Navegando en tiempos de incertidumbre, organizada ayer por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). “Las palabras incertidumbre y volatilidad reinan por donde quiera que se mire”, agregó.
El presidente del BCU no escatimó en enunciados y adjetivos para dar cuenta de la gravedad del contexto internacional. “Todas las variantes a analizar sobre el escenario base son a la baja. Estamos en un mundo de dinamismo escaso e incertidumbre que obliga a pensar en escenarios más complicados que no se pueden descartar”, expresó.
El mundo desarrollado. Bergara habló de “un cóctel europeo complicado” que “viene para largo”. El escenario más optimista que manejan las autoridades locales prevé la estabilización de las economías del viejo continente recién entre 2014 y 2015. Se trata del principal elemento de incertidumbre a nivel global. Detrás de los problemas fiscales y de endeudamiento, el presidente del BCU sostuvo que los países no poseen “fuentes genuinas de crecimiento sostenible”. Si Uruguay salió rápidamente de la crisis luego de la caída de 2002, fue por las tasas aceleradas de crecimiento que pudo consolidar, explicó.
“Europa puede ingeniar soluciones para salir de los problemas de corto plazo” pero, sostuvo, “ese proceso no va a tener en Europa la ayuda del crecimiento”.
Por su parte, Estados Unidos tampoco contribuye a la estabilidad. “No logra consolidar tres datos positivos seguidos”, señaló. Al igual que los países europeos, deberá enfrentar serios problemas fiscales y de deuda, pero a diferencia de ellos, cuenta con las herramientas “en el mediano y largo plazo” –la capacidad de emitir la moneda de reserva internacional– para que “todos (los países) contribuyamos a resolver sus problemas”.
En definitiva, el escenario que plantea el gobierno es de una política monetaria expansiva por parte de EEUU con “tasas por el suelo”, que se mantendrá por los próximos años y presionará un dólar débil. Si la divisa subió de precio, explicó, es por la mayor aversión al riesgo y no porque hayan fundamentos estructurales que lo justifiquen. Pero se abstuvo de especular sobre los plazos: “No sabemos cuan circunstancial (es esa apreciación)”, dijo.
Por su parte, China no aportará mayor serenidad. “No va a estar tirando del carro con la misma fuerza que en los últimos años”, dijo.
El vecindario. “La región tampoco contribuye a mitigar las señales de volatilidad”, expresó Bergara. Ni Brasil ni Argentina. El país norteño redujo su crecimiento “y eso ha provocado reacciones proteccionistas”, señaló. Al mismo tiempo, sostuvo que esa desaceleración –junto con la política más expansiva que redujo las tasas de interés en el vecino país–, hizo que Brasil dejara de ser “la aspiradora de capitales de la región”.
Eso hace que los inversores comiencen a “mirar con atención a los mercados alternativos”, entre los cuales Uruguay se destaca por sus fundamentos y por contar con un flamante grado inversor. “La entrada de capitales de corto plazo es un síntoma de que las cosas van bien pero generan desafíos de política monetaria”, indicó. Sostuvo que la desaceleración de Brasil en sí misma no es un problema para Uruguay porque las ventas al vecino país son mayormente commodities, que fácilmente pueden derivarse a mercados alternativos.
Respecto a Argentina, Bergara señaló que Uruguay “ya ha absorbido algunos impactos”, como se puede ver en las pizarras locales que muestran un peso argentino fuertemente devaluado. Dijo que, al igual que con Brasil, Uruguay deberá seguir manteniendo una “activa estrategia de negociación para levantar sistemáticamente las trabas comerciales”.
En este difícil panorama global, Bergara dijo que “no navega quien quiere sino quien puede” y aseguró que el país cuenta hoy con las fortalezas para atravesar esa coyuntura adversa.
Fortalezas. De cara al escenario internacional adverso, Uruguay tiene una serie de fortalezas que le permitirán “navegar en tiempos de incertidumbre”, dijo Mario Bergara.
La “consistencia macroeconómica” es el principal activo, según el jerarca. El gobierno se jacta de haber desarrollado “un talante claro de prudencia fiscal, monetaria y financiera”.
Dijo además que la deuda pública posee “características adecuadas” y ha mejorado su calificación con la reciente obtención del grado inversor.
Hizo referencia además a los créditos de contingencia obtenidos de los principales organismos internacionales. “Se han abierto múltiples ventanillas disponibles en materia de liquidez t financiamiento”, aseguró.
Sostuvo que Uruguay posee un sistema financiero que “funciona adecuadamente” con un enfoque “micro y macroprudencial”. A la vez, los activos de reserva se encuentran en “niveles elevados” y el sector exportador apunta hoy a un mercado “más diversificado”.
“Estamos alertas pero desde la tranquilidad de menores vulnerabilidades”, expresó.