El Producto Interno Bruto (PIB) uruguayo creció 4,3% interanual en el primer trimestre del año, impulsado por un buen desempeño del consumo y las exportaciones que compensaron un leve deterioro de la inversión.
El fuerte crecimiento interanual que registró la economía uruguaya durante el primer trimestre del año superó las expectativas previas de los privados, que ahora están previendo una expansión de la actividad para este año de entre 3% y 4%, bastante por encima del 2% que anunció esta semana el equipo económico cuando comunicó los detalles de ley de Rendición de Cuentas que definirá el gasto público para 2018.
El Producto Interno Bruto (PIB) uruguayo creció 4,3% interanual en el primer trimestre del año, impulsado por un buen desempeño del consumo y las exportaciones que compensaron un leve deterioro de la inversión.
Ese ritmo de expansión implicó una aceleración en el crecimiento respecto al último cuarto del año pasado –cuando la economía local ya había sorprendido a los analistas con un avance de 3,4%– y su mejor desempeño desde fines de 2013. Si se consideran los últimos 12 meses finalizados en marzo, la expansión fue de 2,5%. Un año atrás, la economía uruguaya mantenía una caída de 0,6% en ese acumulado, cuando el diagnóstico de los expertos era de estancamiento de la actividad.
La mitad del crecimiento fue explicado por la expansión del consumo privado, que aumentó a la par de la actividad en su conjunto (4,3%). Otro componente del gasto que influyó a favor del desempeño de la economía fueron las exportaciones de bienes y servicios, que crecieron 4,9% respecto al primer trimestre del año pasado, fogoneadas por la excepcional temporada turística.
Entre los sectores de actividad, transporte y comunicaciones lideró la expansión, con una expansión de 9,4%. Le siguió en importancia comercio, restaurantes y hoteles, con 8,7% de incremento respecto a igual período del año pasado.
El agro aumentó su actividad 5,4% y la construcción interrumpió un período de ocho trimestres consecutivos a la baja con un crecimiento de 8,7% durante el primer trimestre del año. La industria fue el único sector en caída, afectada por el parate en la refinería de La Teja a partir de marzo.
Optimismo mesurado. Dentro de los economistas privados consultados por El Observador hubo consenso en que el dato del primer trimestre fue "muy bueno". Incluso uno lo calificó como "excelente", porque no deja dudas de que la economía está mostrando un "dinamismo importante". Como una tarea de manual, cada vez que un dato oficial supera ampliamente las expectativas previas los expertos comienzan a ajustar sus modelos, que ahora pautan un escenario bastante más optimista para el desempeño de la actividad en lo que resta de 2017.
El director de la consultora Vixion Consultores, Aldo Lema, dijo que si bien su proyección anterior "era bastante optimista" con una crecimiento esperado del 3% para 2017, ese porcentaje sería hoy "un piso", por lo que consideró como más probable que el crecimiento se ubique en torno a 4%, debido a que en el segundo semestre se revertirá el "efecto negativo" de la parada de mantenimiento de la refinería de petróleo de La Teja de ANCAP.
Lema añadió que en el dato trimestral sin considerar el efecto depurado de la generación de energía y la refinería arroja un crecimiento de 1,6% respecto al trimestre anterior, y de 5% en la comparación interanual. "Estos datos también obligarán a revisar al alza las previsiones para 2018 y 2019", afirmó. En su última actualización, el MEF fijó una proyección de crecimiento de 2,5% del PIB para el próximo año y de 3% para 2019.
En una línea similar, el socio de Deloitte, Pablo Rosselli, comentó que con un dato por arriba de lo esperado la previsión de 2,5% que tenía su consultora para 2017 será revisada al alza en los próximos días. "El crecimiento del lado de la oferta es muy generalizado. Parece importante que la construcción deje atrás la recesión. Además, el comercio registró un crecimiento muy fuerte producto de la mejora en la confianza de los consumidores y el incremento del salario real que crece a una tasa superior al 3% producto de la fuerte caída de la inflación", explicó. Aseguró que este año nuevamente el "consumo privado" va ser el "motor" de la expansión del PIB.
Por su parte, para Alfonso Capurro de CPA Ferrere también está en la agenda de las próximas horas elevar la previsión de 2% de crecimiento que tenía su consultora para este año. "Seguramente vamos a estar más cerca del 3%. Parece ser un número razonable", consideró. De todas formas, el experto llamó a tener "cautela" en cómo se interpreta el dato porque es real que la economía aún enfrenta "algunas fragilidades", como las dificultades para la generación de empleo, los problemas que enfrentan algunas empresas con su estructura de costos que se está traduciendo en los crecimientos en las tasas de morosidad de los bancos.
Capurro advirtió que aún persisten "muchas dudas" sobre el comportamiento de los flujos de fondos y su impacto sobre el tipo de cambio a futuro, así como el desempeño que puedan mostrar las economías de la región y el mundo en general.
Por eso consideró de "vital importancia mantener la cautela en el frente fiscal".
"Este mejor desempeño es un factor positivo que puede contribuir a la necesidad de mejorar las cuentas públicas, pero no debería ser interpretado como que hay una espacio adicional. Sigue siendo muy difícil cumplir con la meta del 2,5% para el final del período", acotó Rosselli.
De hecho, para el experto aún debería realizarse un ajuste adicional de al menos 1% del PIB para que la deuda pública deje de crecer, aunque reconoció que hoy no hay ningún margen para pensar en elevar la carga impositiva sobre la renta o el consumo.
Lema añadió que el crecimiento de la actividad por encima de lo previsto y su no correlación con una mejora en las cuentas públicas, ratifica que existen "dificultades" para reducir el déficit estructural a una velocidad mayor.