La falta de información, necesidades económicas y la ilusión de contar con dinero extra en las fiestas, lleva a los jubilados a endeudarse
Montevideo. Cabizbajo, maldice al funcionario de turno que lo atendió en la sucursal de 18 de Julio y Magallanes del Banco República (BROU). Julio tiene 72 años y como un ritual, a mediados de diciembre, es uno de los 100 mil pasivos que tramita un crédito social ante el banco estatal para mantenerse a flote con sus obligaciones. En esta oportunidad, accedió a un préstamo por $ 5.100. Esperaba recibir los $ 10 mil que obtuvo el año pasado. "Mirá, no me alcanza ni para los $ 6 mil que tengo que pagar en cuentas y encima me cobran $ 1.700 en 25 cuotas", rezongaba mientras exhibía el recibo para dar fe de sus comentarios.
Los números de Julio no encajaban con la información sobre la tasa de interés de hasta 34% anual que el BROU ofrece para este tipo de financiamiento a más de dos años. La respuesta estaba en el propio recibo: Julio arrastraba un saldo de poco más de $ 30 mil de créditos que había obtenido de años anteriores.
Este jubilado –que cobra una pasividad de $ 8 mil, sumada a los $ 9 mil de su esposa y complementa con alguna changa–, hizo cola durante horas, llegó al mostrador, realizó una refinanciación por el saldo de su préstamo anterior y a esta línea de crédito le agregó una nueva. Pero eso Julio no lo sabe. Quizás el funcionario se lo explicó pero él no entendió y se fue a su casa resignado con $ 5.100 en el bolsillo y la convicción de que por eso va a pagar $ 1.700 por mes durante poco más de dos años. Casi como al descuido, dio una nueva pedaleada en una bicicleta cada vez más pesada.
El de Julio no se trata de un caso aislado. Son muchos los jubilados que ven en el crédito –y en particular en la campaña de fin de año del BROU– la ilusión de contar con unos pesos extra, al menos una vez al año. Luego un préstamo lleva al otro y pedaleada tras pedaleada, la bicicleta del crédito se pone en marcha.
La Encuesta Financiera de Hogares (EFHU) realizada por el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar) permite ponerle números al problema. Los microdatos del relevamiento –que se realizó en 2014– procesados por El Observador muestran que uno de cada ocho hogares (13%) en los cuales su referente financiero percibe una jubilación, destina la mitad o más de su sueldo al pago de deudas no hipotecarias.
El problema del endeudamiento aumenta conforme se va de más a menos en los ingresos familiares. En los hogares que poseen un referente jubilado y pertenecen al 20% de mayores ingresos, el número de endeudados que destinan más de la mitad de su ingreso al pago de sus obligaciones es de 7%. En la otra punta del espectro –en los hogares que componen el 20% de menores ingresos–, los jubilados que tienen más de la mitad de su ingreso mensual comprometido por las deudas alcanzan al 30% –casi uno de cada tres–.
En la tarde del martes, El Observador recogió, junto al de Julio, los testimonios de otros jubilados y pensionistas que salían del banco. Algunos habían dedicado toda esa jornada para acceder al número –se otrogaron 500 a primera hora y otros 500 sobre el mediodía– que les permitiera tramitar su préstamo.
La necesidad es el común denominador. En muchos casos, se conjuga con una dificultad para entender el alcance y las consecuencias de las decisiones financieras que acaban de tomar. Al fin y al cabo, se trata de instrumentos complejos y la única instrucción financiera de muchos jubilados es su breve interacción con funcionarios de bancos y administradoras de crédito. Falta de información, prejuicios culturales e ilusiones infundadas son moneda corriente entre los pasivos que esperan su turno en la cola del BROU.
Para Rosa, el préstamo tiene otro fin más allá del de tapar agujeros y no perder rueda con las facturas. Dice que a ella el crédito del BROU "le soluciona los regalos" de Navidad para sus nietos. "Con eso me aseguro no estar metida en ninguna cuota con las tarjetas, ni algo parecido. No me importa estar pagando regalos en julio", afirma con cierto aire de desprecio a los plásticos, por más que a través de ellos podría acceder al mismo financiamiento esquivando el recargo de 31% que acaban de cobrarle.
Los "créditos sociales" a pasivos del BROU tienen más de crédito tradicional que de instrumento de política social. El banco estatal cobra una tasa de interés que va de 24% anual –préstamos a menos de seis meses otorgados a través de la web– a 34%, en el caso de los créditos a más de tres años que piden en el mostrador los pasivos que no cobran sus ingresos a través de la institución.