Desde 2008 las compras externas ejecutadas por el Ejecutivo registran un empuje significativo al ubicarse en US$3.062 millones entre julio y septiembre.
El gobierno insiste en la necesidad de importar lo estrictamente necesario, pero esta premisa parece estar dirigida a las compras externas que realiza el sector privado, porque las del Estado aumentan.
Las cifras de la balanza de pagos del tercer trimestre del año dadas a conocer por el Banco Central de Venezuela (BCV) revelan que las importaciones públicas crecieron 42% mientras que las privadas se incrementaron 6% con respecto al mismo período de 2011.
Desde 2008 las compras externas ejecutadas por el Ejecutivo registran un empuje significativo al ubicarse en US$3.062 millones entre julio y septiembre. Cuando comenzó el gobierno en 2000 se realizaron importaciones públicas por el orden de los US$680 millones, hasta llegar a US$5.223 millones durante el tercer trimestre de este año.
Entre tanto las compras externas del sector privado tuvieron su máxima expresión entre julio y septiembre de 2007 cuando alcanzaron 10.385 millones de dólares. Desde ese entonces mantuvieron una cifra relativamente estable hasta llegar en el tercer trimestre de este año a US$8.717 millones.
Analistas han señalado que el incremento de las compras externas estatales y especialmente de alimentos obedece a la necesidad de mantener abastecido el mercado de bienes, ya que una escasez persistente generaría presiones inflacionarias.
En las cifras oficiales se destaca que en lo que va de año las importaciones realizadas por la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) reflejan un monto de US$1.221 millones.
El BCV informó que las importaciones del Estado se enfocaron en maquinarias y equipos, alimentos, agricultura, ganadería y metales comunes. Durante el trimestre, el 59% de la compras externas se orientó al consumo intermedio, el 23% a la formación bruta de capital fijo y el 18% al consumo final.
La preponderancia en bienes de consumo intermedio y la compra de maquinaria y equipos supone ser una estrategia utilizada por el gobierno para dinamizar aquellos sectores prioritarios en la economía como la construcción, y que muchos de esos bienes forman parte de partes y autopartes que estarían siendo ensamblados en el país.
El economista y ex gerente del BCV, Victor Olivo, sostiene que gran parte de los insumos que se utilizan para la construcción de viviendas o infraestructura como cemento, ladrillos y cabillas forman parte de los bienes de consumo intermedio que se importan hoy en día.
Destaca además que gran parte de ese consumo intermedio estaría asociada con tecnología extranjera en las telecomunicaciones y en algunas empresas foráneas relacionadas a la construcción.
Considera Olivo que muchas compañías o productoras venezolanas pudieron verse obligadas a "transformarse para sobrevivir" y, que quizás tuvieron que convertirse en ensambladoras para poder competir.
"Esto revela que el valor agregado de la construcción ha cambiado en Venezuela con respecto a hace 15 años atrás. Anteriormente buena parte de lo que se utilizada en la construcción se producía en el país, actualmente hasta la mano de obra es realizada por extranjeros traídos a través de los convenios firmados por el Gobierno con otras naciones".
Olivo destaca que aunque un Gobierno realiza importaciones como complemento de la producción de un país, "en el caso venezolano no es así", ya que no sólo se importa maquinaria y equipos sino también casi todo lo que se consume.
98% de las exportaciones
Olivo resalta que en la economía venezolana sufre algunas distorsiones generadas por los controles de precio y de cambio. El monto de las exportaciones no petroleras son un ejemplo de la caída en la productividad de algunos sectores prioritarios en el país.
Según las cifras del BCV el 98% de las exportaciones totales son petroleras ($69.789 millones) mientras que el 2% son ventas al exterior de bienes no petroleros ($2.866 millones).