Bajas en las reservas, alta inflación, reducción del crecimiento, déficit fiscal, dificultad para obtener dólares y escasez son indicadores comunes.
Se han reducido en forma sustantiva las reservas internacionales; la inflación se acelera; se reduce el ritmo de crecimiento de la economía; el déficit fiscal se financia con fuerte emisión monetaria; se devalúa la moneda nacional; se dificulta el acceso a las divisas; hay una gran brecha entre el precio del dólar oficial y el paralelo; hay escasez de muchas mercancías.
¿Sabe el lector a que país se refieren esas afirmaciones? Pues no se refieren solo a Venezuela, sino que ellas permiten también caracterizar plenamente lo que está pasando en Argentina.
El tango y no cantado por Gardel. Efectivamente, las reservas internacionales de Argentina -que estaban en US$53 mil millones en enero de 2011- han bajado a US$$28 mil millones en enero de 2014. Se redujeron en US$$25 mil millones en un lapso de tres años.
El dólar se ha convertido en una mercancía escasa y codiciada, a pesar de la bonanza en los precios de las exportaciones -fundamentalmente agropecuarias- que caracterizó a la economía argentina en los últimos años.