En los últimos 12 meses hasta marzo, el comercio minorista brasileño acumuló un avance del 1,3%, inferior al 2,3% registrado en febrero, lo que para el IBGE confirma la trayectoria de desaceleración de la economía y la pérdida de fuerza del sector.
Río de Janeiro. Las ventas del comercio minorista de Brasil, uno de los motores económicos del país, crecieron un 0,3% en el primer trimestre del año en comparación con igual período de 2018, informó este jueves el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En los últimos 12 meses hasta marzo, el comercio minorista brasileño acumuló un avance del 1,3%, inferior al 2,3% registrado en febrero, lo que para el IBGE confirma la trayectoria de desaceleración de la economía y la pérdida de fuerza del sector.
En marzo pasado, las ventas del comercio minorista aumentaron un 0,3% respecto a febrero, aunque fueron un 4,5% inferiores a las de marzo de 2018.
Este resultado terminó con siete meses de crecimiento en la comparación y constituyó el peor valor desde diciembre de 2016, cuando el saldo negativo fue del 4,9%.
El mal resultado de marzo anterior se atribuye a las celebraciones de la época de Carnaval en que hay menos días hábiles.
"Esto trae una influencia fuerte para una actividad que tiene un peso del 48,6%", como son los grandes mercados, según resaltó el IBGE en su reporte.
De las ocho actividades analizadas, cinco tuvieron un descenso en las ventas durante marzo en comparación con febrero.
Las bajas estuvieron lideradas por supermercados, alimentos, bebidas y tabaco con una reducción de 0,4%; combustibles y lubrificantes disminuyeron 0,8%; y las ventas de telas, vestido y calzado descendieron 2,5%.
Las dificultades por las que atraviesa el comercio minorista brasileño denotan la lenta recuperación de la economía de Brasil, la mayor de América Latina.
La economía de Brasil sufre aún los efectos de la peor crisis de su historia registrada entre 2015 y 2016, que ocasionó a su vez un aumento del desempleo y una caída del consumo interno.
En 2017 y 2018, la economía brasileña aumentó un 1,1%, respectivamente, mientras que para el presente año el mercado financiero espera que un crecimiento inferior al 1,5%, menos de la mitad de la previsión inicial.
La lenta recuperación económica afecta también la producción industrial, que en el primer trimestre descendió un 0,7% en comparación con el cuarto trimestre del año pasado y un 2,2% frente a los primeros tres meses de 2018.