“Hay una ventana de oportunidad de seis meses para mandar el mensaje de que son reales, que van en serio”. "¿Por qué seis meses? Le pregunto, podríamos hablar de uno o dos años más...no es plazo elegido al capricho”, explica Stephen Beatty.
Are Mexican reforms for real? Ésa es la pregunta que más veces me hacen fuera, comenta Stephen Beatty, vicepresidente de KPMG. Se puede traducir de muchas formas: ¿Qué tan en serio hay que tomar las reformas mexicanas? Es una de ellas.
Stephen Beatty es de los que las toma en serio. Por eso es exigente, advierte: “Hay una ventana de oportunidad de seis meses para mandar el mensaje de que son reales, que van en serio”. ¿Por qué seis meses? Le pregunto, podríamos hablar de uno o dos años más... “no es plazo elegido al capricho”, explica Beatty. “En el mundo sigue el entusiasmo por México. Se sigue hablando del nuevo gobierno y de las nuevas reformas (...) aquí la población está dando muestras de que la paciencia y el entusiasmo se van agotando. Si el escepticismo de México contagia a los inversionistas, las cosas se complicarán”.
Beatty se sirve de una metáfora para clarificar su punto de vista: las reformas son los cimientos. Falta hacer el edificio y hacer que el edificio funcione adecuadamente.
Stephen Beatty es el líder de KPMG en el tema de infraestructura. Nacido en Canadá, se mueve entre Estados Unidos, América Latina y Asia, donde también lleva el tema de infraestructura en India. “Hay un entusiasmo global. De los gobiernos y los inversionistas. El plan anunciado por México es uno de los más ambiciosos en el mundo. Se refuerza porque se da en el contexto de las reformas anunciadas. Uno de los principales retos es convertir un programa general en proyectos individuales que estén bien estructurados, que sean transparentes y que estén bien administrados”.
México ha anunciado alrededor de 1,100 proyectos que requerirán capital cercano a los 400,000 millones de dólares en la próxima década. Es el plan más ambicioso de la historia para nuestro país. Al poner este programa en perspectiva, hay que tomar en cuenta que Brasil busca 66,000 millones de dólares para ferrocarriles y carreteras; 30,000 millones para puertos y 18,000 millones para aeropuertos. Colombia tiene proyectos que suman 112,000 millones. “Hace dos años no tenía duda de que México competía con Brasil. Ahora sigue siendo cierto pero hay lugar a matices. Brasil está viviendo un momento muy difícil, mientras que otros países se volvieron más atractivos. Colombia y Perú son ejemplos”.
El proceso de competencia que implica la elección de un proyecto para los inversionistas es complejo, destaca Beatty: “Cuenta el país, pero sobre todo los méritos específicos de cada proyecto, su riesgo y su retorno”.
La importancia de la inversión en infraestructura es su poder multiplicador, explica el experto de KPMG. China fue el primer país que lo planteo cómo una estrategia, “ellos no sólo producen bienes muy baratos en las fábricas. Son capaces de ponerlos en cualquier parte del mundo a buen precio, porque tienen la infraestructura”.
Stephen Beatty estuvo en el WEF de la Riviera Maya. Concluye la conversación con El Economista con una frase que se refiere a la infraestructura, pero vale para muchas cosas más “los grandes temas tienen un momento en el que están en los titulares de los medios. Luego viene una etapa difícil. La clave es no perder los detalles”.