Arthur Maia, el legislador a cargo de redactar el borrador del proyecto, dijo que espera que la reforma obtenga 23 votos de los 37 miembros de la comisión de la Cámara baja que lo está tratando.
El proyecto de reforma al sistema jubilatorio con el que el gobierno brasileño busca contener la agobiante deuda pública sería aprobado fácilmente el miércoles en una comisión especial, pero legisladores dijeron que la reñida votación en el pleno de la Cámara de Diputados no se producirá antes de fin de mes.
Arthur Maia, el legislador a cargo de redactar el borrador del proyecto, dijo que espera que la reforma obtenga 23 votos de los 37 miembros de la comisión de la Cámara baja que lo está tratando. Sin embargo, señaló que muchos de los 513 diputados brasileños necesitan más datos para respaldar ciertos cambios impopulares que propone el proyecto.
Previamente se esperaba que la votación plenaria fuera la semana próxima. "No hay manera de votarla (en el pleno de la Cámara baja) esta semana o la que viene", dijo Maia a la radio CBN.
El presidente de la comisión especial, Carlos Marun, también dijo a periodistas el miércoles que la controvertida reforma al sistema de pensiones, pilar del plan de ajuste del Gobierno del presidente Michel Temer, llegaría a la Cámara de Diputados en la segunda mitad del mes.
El gobierno de centroderecha de Temer está luchando para obtener los 308 votos que necesita para que se apruebe la reforma constitucional al sistema jubilatorio en la Cámara baja. La enmienda propone un aumento de la edad para jubilarse y menores beneficios, a fin de recortar el gigantesco déficit presupuestario en medio de la peor recesión del país.
Los inversores consideran que la reforma previsional es la única manera que tiene Brasil para superar sus penurias financieras sin apelar a enormes alzas impositivas. Los gastos jubilatorios representan casi la mitad de las erogaciones del gobierno antes del pago de deuda.
El real probablemente caería más de 10% si la reforma no es aprobada en un Congreso cargado de escándalos, según estimaron estrategas monetarios en un sondeo de Reuters.
Temer ha tenido que bajar el tenor de la reforma para lograr cierto consenso de cara a las elecciones del año próximo. Alrededor del 71% de los brasileños se opone a la reforma, según un sondeo de Datafolha difundido el lunes.