Christine Lagarde, dijo: “No se relajen”, y añadió que el débil pronóstico de crecimiento por parte del Fondo sería demasiado optimista si los líderes de Europa, Estados Unidos y Japón no toman “decisiones adecuadas”.
Los más importantes arquitectos de la política administrativa mundial se reunieron al final del Foro Económico Mundial para lanzar la advertencia de que la economía global sigue siendo “frágil”, pero que no podían acordar las políticas adecuadas para lidiar con la posibilidad de que continúe una expansión débil en las economías desarrolladas.
Luego de tener la sensación de que el viento de las montañas de Davos había fomentado un aire de complacencia con respecto a que se habían solucionado los grandes problemas, procedieron a alinearse para lanzar la advertencia de que el mundo aún tiene mucho camino por recorrer antes de que las economías regresen a un nivel razonable de crecimiento.
Están de acuerdo en que hay muchas decisiones difíciles que deben tomarse, pero como presagiando las dificultades que aún hay por delante, los administradores públicos difirieron con respecto a la estrategia adecuada para restaurar la confianza y el crecimiento en países desarrollados.
Al hablar ante los líderes empresariales el sábado, durante la última tarde del Foro Económico Mundial, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dijo: “No se relajen”, y añadió que el débil pronóstico de crecimiento por parte del Fondo sería demasiado optimista si los líderes de Europa, Estados Unidos y Japón no toman “decisiones adecuadas”.
Mark Caney, quien será pronto el presidente del Banco de Inglaterra, lanzó la advertencia de que el espíritu de Davos había influido de forma equivocada a los delegados para que creyeran que “los riesgos generados por las consecuencias de la crisis habían sido eliminados”. Insistió en que todavía existen y advirtió que “los bancos centrales no tienen capacidad de asumir todos estos riesgos”.
Angel Gurría, secretario general de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica, dijo: “No es un panorama agradable”. Al referirse a los estímulos fiscales y monetarios, dijo: “Ya no hay campo para las herramientas tradicionales y tenemos poco más de qué echar mano”.
Trevor Manuel, ministro de Sudáfrica encargado de la planeación económica y su exministro de Finanzas, dijo que observaba a los ministros de ese ramo y “parecen ciervos atrapados por las luces de un automóvil”.
Aunque hubo un acuerdo en torno a que los inversionistas se habían vuelto más optimistas con respecto a los retos, las personas encargadas de diseñar las políticas públicas no pudieron ponerse de acuerdo en torno a qué herramientas tenían a su disposición para fomentar el crecimiento y si alguna de ellas se debía utilizar.