Era conocido como "el rubio de oro" en el popular Grupo Menudo y hoy es uno de los más respetados periodistas financieros del continente, quien tras un "cantinfleo financiero" y la pérdida de sus inversiones, renació cual Ave Fénix con sus libros y análisis, pregonando su mediática "revolución financiera" que lo trae a Chile este 2 de septiembre próximo.
-¿Cómo ha influido en su vida el haber sido parte del grupo Menudo?
-Por supuesto que ha marcado mi vida. Sin Menudo mi vida social, cultural y profesional hubiese sido distinta. Yo siempre digo que en mi historia hay un antes y un después de Menudo. Con Menudo se me presentaron muchas oportunidades desde muy pequeño, como poder viajar y trabajar.
-¿Fue un pequeño empresario?
-Sí, claro, también tuve que exponerme a tener una responsabilidad como pequeño empresario, y eso me enseñó muchas cosas que hoy me sirven. Pensar en mercadeo, en el producto, en que tengo que trabajar si quiero producir, y por otro lado, el hecho de conocer distintas culturas. Vivir y conocer sociedades con economías diferentes. Claro, ahora uno lo razona, pero en ese tiempo yo no sabía...
-¿Tus admiradoras de Menudo siguen hoy?
-Hoy en día las llamo "la Menuda Financiera" a las antes fanáticas de Menudo. Ahora son abogadas, amas de casa que manejan las empresas del hogar; son productoras, políticas, dueñas de negocios, gerentes y la lista sigue. Entonces, hoy están preocupadas de manejar sus negocios y que sus hijos manejen bien las finanzas.
-¿Qué es lo que lo trae a Chile?
-Tengo la oportunidad de ir a Chile a llevar la "revolución financiera", que es básicamente hacer una democratización de las finanzas, a pesar de que Chile es una de las economías más avanzadas de Latinoamérica.
-Si Chile se ve muy bien desde afuera, ¿por qué necesitamos la educación financiera?
-Andan muy bien en los temas de planificación de retiro, cuentan con una banca avanzada, tienes a mucha gente invirtiendo en la bolsa pero, sin embargo, el nivel de ahorro es bajo, tienen un alto nivel de endeudamiento y ahí encuentras un serio reto con la educación financiera.
-¿La educación financiera fue una lección dura de aprender tras tu fracaso económico personal?
-Exacto, no te lo puedo negar. Yo fui parte del grupo Menudo, un grupo muy conocido en Centroamérica y gané mucho dinero, pero lo despilfarré totalmente en malas inversiones.
-¿Fue lo que te llevó a estudiar finanzas?
-Claro, me di cuenta, después de obtener la maestría en Economía Financiera y el MBA con especialización en Finanzas, que empezaba a descubrir que el conocimiento existía. Y me doy cuenta además que este conocimiento no se estaba llevando a la gente común.
-El fracaso al final fue algo positivo...
-Por eficiencia, es preferible no equivocarse, porque cuesta levantarse. Si yo tuviera la opción entre el fracaso o no, hubiera elegido el no hacerlo. En esos procesos, tras un fracaso financiero, hay un desgate físico, psicológico y cuesta mucho volver a pararse.
Clase media
-¿Qué quieres decir con analfabetismo financiero?
-Nosotros vivimos en una sociedad cada vez más monetizada. Eso quiere decir que cada vez más dependemos del crédito, y junto con ello, tenemos una dependencia total con el dinero y la información digitalizada, poniendo la responsabilidad en nosotros mismos.
-¿La población común debe tener conocimientos de administración financiera?
-Claro, porque a nosotros se nos está llevando a estar preparados para la exigencia que nos requiere la sociedad, con el fin de manejar de buena forma nuestros recursos financieros.
-Quizás la educación en América Latina deja de lado lo financiero.
-Se nos educa en historia, en idiomas; somos muy intelectuales leyendo literatura, pero cuando nos ponen un contrato de tarjeta de crédito o un plan de jubilación, inmediatamente nos volvemos analfabetos.
-¿Cuál es el desafío para los latinoamericanos en cuanto a nuestro orden financiero familiar y personal?
-La clase media cada vez se está fortaleciendo más en la región, lo cual es positivo. El conocimiento del ambiente financiero se está abriendo cada vez más y eso es un avance.
-¿La educación financiera esta al mismo nivel que nuestro consumo financiero?
-No, por cierto. Yo veo que el reto es que la gente no está preparada para este nuevo bombardeo del sistema financiero.
-Y ahí dicho sistema puede ser nefasto para la economía familiar, si no se controla.
-Claro que sí, cada vez se está dando más acceso a las tarjetas de crédito o a adquirir un nuevo auto o propiedad. Todo eso es positivo, pero ¿estamos entrenando a las personas a manejar dichos recursos?
-Entonces, en cuanto a educación financiera estaríamos en deuda.
-Estamos muy atrasados, a un bajo nivel y yo creo que ahí está el gran reto, especialmente en la clase media.