El Premio Nobel de Economía reconoció que "muchos de los mercados emergentes están pasando por momentos difíciles".
El estadounidense Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía 2001, se mostró confiado en que las perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI) de menor crecimiento para América Latina no afectarán la reducción de las desigualdades sociales en el continente.
Stiglitz reconoció durante una rueda de prensa en el VII Foro Urbano Mundial de ONU-Hábitat que se celebra en Medellín que "muchos de los mercados emergentes están pasando por momentos difíciles", pero manifestó su esperanza de que los países de la región aprovechen la coyuntura.
Eso pese a las a las noticias que llegaron desde Washington, donde el FMI presentó su informe semestral en el que redujo en cuatro décimas las perspectivas de crecimiento del continente para este año hasta el 2,5%, mientras que para 2015 también las disminuyó en tres décimas y las dejó en el 3%.
El informe fue especialmente dramático para Brasil, con un crecimiento previsto del 1,8%, mientras que Argentina y Venezuela apenas lo harán un 0,5%.
El economista estadounidense atribuyó este descenso, que afecta "especialmente de las economías de exportación", a la disminución de los precios de las materias primas, con los que se "beneficiaron bastante" cuando estaban al alza.
Para Stiglitz, este fenómeno económico "debe reforzar" a estos países a disminuir la pobreza y las desigualdades persistentes, para que "puedan centrarse más en su demanda doméstica en lugar de las exportaciones".
Con la demanda interna resuelta, llegará la disminución de la desigualdad y el crecimiento económico, dijo el economista.
Más allá de su optimismo por el futuro, Stiglitz también dijo estar muy "impresionado" por las políticas adoptadas por los Gobiernos latinoamericanos en la última década, en la que "se han dado cuenta de que la desigualdad es un problema" y se han comprometido con su reducción.
Y según Stiglitz ha sido Brasil, en especial los Gobiernos del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), un ejemplo exitoso de aplicación de esas políticas.
La desigualdad es, precisamente, el foco del debate del VII Foro Urbano Mundial, que aborda el incremento en la brecha entre ricos y pobres en las ciudades de las economías emergentes, pero también en los países desarrollados o tradicionalmente igualitarios.
Sobre Medellín, la ciudad organizadora y con un pasado de violencia a sus espaldas, Stiglitz dijo que ha hecho "un verdadero intento para brindarle una mayor dignidad a sus clases medias y bajas" y es por eso que esta urbe es un ejemplo de superación.