Las nóminas en el sector privado subieron en 83.000 cupos en junio tras aumentar en sólo 33.000 en mayo, una cifra muy baja respecto a lo que se necesita para rebajar la desocupación.
Washington. La contratación privada en Estados Unidos creció sólo modestamente en junio y el empleo general cayó por primera vez este año, luego de que miles de trabajadores temporales del censo finalizaron sus labores, reflejando que la recuperación económica no ha ganado fuerza.
Las nóminas en el sector privado subieron en 83.000 tras aumentar en sólo 33.000 el mes anterior, dijo este viernes el Departamento de Trabajo, muy poco respecto a lo que se necesita para rebajar la desocupación.
A nivel general, la economía de Estados Unidos perdió 125.000 empleos en junio, el mayor declive desde octubre, después de que cesó el trabajo temporal del censo de 225.000 personas.
"Las empresas todavía están contratando (...), pero los empleos se están creando a un ritmo más lento, y no es suficiente", dijo Jennifer Lee, economista de BMO Capital Markets en Toronto.
La tasa de desocupación cayó a 9,5%, el nivel más bajo desde julio pasado, pero fue sólo debido a que una gran cantidad de trabajadores abandonó la fuerza laboral.
Los economistas consultados por Reuters esperaban en promedio que el sector privado creara 112.000 empleos, aunque algunos analistas redujeron sus proyecciones en los últimos días.
En el mercado se esperaba que la tasa de desempleo subiera a 9,8%, desde 9,7% en mayo.
Los índices accionarios en Wall Street subían modestamente tras la apertura en medio del alivio que causó que el reporte no fuera tan malo como algunos temían, mientras que los precios de los bonos del Tesoro bajaban.
Una serie de decepcionantes cifras del gasto en consumo, el mercado de la vivienda y la actividad fabril habían elevado los temores a que la economía pudiera volver a caer en recesión.
Aunque el dato de empleo reflejó un continuo crecimiento, aunque lento, otro informe mostró la peor caída en los pedidos a fábricas estadounidenses desde marzo del 2009, lo que sugirió que las empresas mantienen su cautela respecto al futuro.
"No hay una recaída (en la recesión) pero tampoco una recuperación veloz", afirmó John Silvia, economista jefe de Wells Fargo en Charlotte, Carolina del Norte.
Año de elecciones. El descontento público con la economía, especialmente después de un paquete de gastos y recortes de impuestos por US$787.000 millones, está afectando la popularidad de Barack Obama. El presidente ha tratado de responsabilizar por la situación a las políticas del gobierno anterior.
"Caminamos en la dirección correcta, pero (...) no estamos yendo lo suficientemente rápido para muchos estadounidenses y para mí tampoco", dijo Obama en la base aérea Andrew en Maryland.
Con un sentimiento contrario a Washington creciendo entre los votantes, no lograr crear empleos para los más de 8 millones de estadounidenses que quedaron cesantes durante la recesión podría costarle el control del Congreso al Partido Demócrata en las elecciones parlamentarias de noviembre.
Las nóminas del vasto sector de servicios crecieron en 91.000 el mes pasado, tras aumentar en 20.000 durante mayo. El empleo temporal creció en 20.500 plazas, mientras que el comercio minorista eliminó 6.600 empleos.
En el sector productor de bienes, las nóminas cayeron en 8.000 empleos durante junio, arrastradas por el declive en la construcción de viviendas después de que la actividad en el sector se desacelerara bruscamente por el término de un crédito fiscal.
Las fábricas del país, en tanto, crearon 9.000 empleos, tras abrir 32.000 plazas en mayo.
Con un desempleo que se niega a caer, el gasto familiar se ha visto contenido durante los últimos meses, amenazando con crear un círculo vicioso que los inversionistas en la bolsa y los analistas temen podría arrastrar de nuevo a la economía hacia la recesión.
"Estamos en una situación difícil. No creo que haya voluntad política para tener otro programa de estímulo y aún cuando lo hiciéramos, no estoy seguro de que la gente sintiera que sería muy efectivo", dijo Stephen Bronars, economista de Welch Consulting en Washington.
La Reserva Federal también se encuentra en una encrucijada. La entidad ha mantenido las tasas de interés referenciales cerca de cero desde diciembre del 2008 y ha inyectado más de un billón de dólares en la economía.
Funcionarios del banco central creen que hay una recuperación sostenida, pero están vigilando con atención el avance de la economía y los mercados financieros no esperan un alza de las tasas hasta mediados del próximo año.
El informe del Departamento de Trabajo mostró que la semana laboral promedio cayó a 34,1 horas, desde las 34,2 horas de mayo y el promedio del salario por hora también descendió, lo que podría representar un riesgo para el gasto de los consumidores.