Los Comités de Agua Potable y Saneamiento son un proyecto comunitario que desde hace dos décadas buscan asegurar agua para las familias rurales del país. Para ello, han abierto miles de pozos para garantizar el recurso en zonas pobres.
Managua. Un grupo de mujeres nicaragüenses que habitan en una zona rural de la provincia de León, al noroeste de Managua, tienen que trabajar arduamente para proveer de agua potable a las familias de esas comunidades y poder saciar su sed, porque el Estado aún no llega.
Actualmente la cobertura de agua potable en Nicaragua alcanza el 90% en el área urbana y 70% en la rural, según cifras oficiales.
Las comunidades ubicadas en la isla Juan Venado, en León, forman parte de ese 30% de lugares rurales donde el Estado, a través de la estatal Empresa Nicaragüense de Alcantarillados (Enacal), no presta ese servicio de primera necesidad.
Así nacen los Comités de Agua Potable y Saneamiento (Caps), un proyecto comunitario que desde hace dos décadas, en la búsqueda de respuestas a las familias del campo, se ha dado a la tarea de abrir miles de pozos para garantizar el agua en esas zonas pobres del país.
La presidenta del Caps de la isla Juan Venado, Lucía Balladares, dijo a Efe que en esas comunidades ella, junto a otras cuatro mujeres, son las que se encargan de administrar el sistema de agua potable, con lo que garantizan su acceso a 250 familias.
Allí, junto al problema del acceso al agua potable, las mujeres se han encontrado con la resistencia de los hombres que desconfían en delegar esas funciones administrativas a las féminas.
El responsable del Departamento de Acueductos Rurales del Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Inaa), Tyron Rodríguez, dijo que en Nicaragua que existen 5.500 Caps en todo el territorio nacional, de ellos 1.085 registrados legalmente, la mayoría administrados por mujeres.
A través de esos Caps se trata de suplir con agua potable al 30 % del sector rural, donde el Estado sigue sin hacer acto de presencia.
Los Caps se rigen por la Ley Especial de Comité de Agua Potable y Saneamiento, que regula el accionar de estos espacios de participación popular, explicó a Acan-Efe el titular de la Red Nacional CAPS en Nicaragua, Juan de Dios Benavides.
Benavides sostuvo que los Caps en Nicaragua están mejor organizados que en otros países de América Latina, debido a que han confiado su administración en mayor grado a las mujeres, quienes han mostrado ser gerentes más eficaces.
Advierte, sin embargo, de que aún se encuentran con algunos inconvenientes, entre los que menciona la tala de árboles cerca de fuentes hídricas, la contaminación de fuentes con aguas mieles de los cultivos de café y la mala administración.
No obstante, destaca que "los Caps hacen la labor que otros no hacen" y subraya que sus administradores son voluntarios, que sirven a su comunidad y ofrecen el agua sin costo.
Balladares dice que ese trabajo demanda mucho tiempo, y que además de lidiar con sus esposos o parejas las mujeres que gestionan no tienen un salario.
Lo que reciben son capacitaciones para ordenar y administrar las Caps y rendir cuentas tanto a las autoridades como a las comunidades.
Nicaragua ha invertido en los últimos cinco años unos US$500 millones para asegurar el suministro de agua potable en todo el país, pero ha descuidado su calidad, advirtieron especialistas en el tema en el marco del segundo taller de consulta nacional "Agua en la agenda de desarrollo post 2015", celebrado esta semana en Managua.
El director de la estatal Autoridad Nacional del Agua, Luis Ángel Montenegro, anunció que para los próximos 10 años pretenden establecer un sistema eficiente de tratamiento para mejorar la calidad del agua que se consume en el país, mientras llegan al 100 % de cobertura.