Henrique Meirelles, cuya permanencia en el Banco Central ha estado en duda por el cambio de gobierno en Brasil, dijo que Rousseff lo había invitado a reunirse la próxima semana para analizar la extensión de su mandato.
Francort. El real brasileño podría estar sujeto a una burbuja de precios, dijo este viernes el presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, agregando que se reuniría con la presidenta electa Dilma Rousseff la próxima semana para discutir su permanencia en el cargo.
"Tomamos todas las medidas necesarias para evitar la creación de burbujas de activos en la economía", afirmó Meirelles en declaraciones a periodistas en un alto de una conferencia en Francfort.
"Los precios de los activos podrían estar sujetos a una burbuja, una de ellas es la propia moneda", agregó.
Meirelles, cuya permanencia en el Banco Central ha estado en duda por el cambio de gobierno en Brasil, dijo que Rousseff lo había invitado a reunirse la próxima semana para analizar la extensión de su mandato.
"En lo que respecta a preguntas de si permaneceré o no en el Banco Central, recibí una invitación de la presidenta electa Dilma Rousseff para reunirme con ella la próxima semana y discutir este tema", afirmó.
Meirelles aclaró además unos comentarios previos, después de que la agencia Bloomberg lo citó de manera incorrecta diciendo que se necesitaba una política monetaria más ajustada en Brasil para desacelerar la demanda.
"Lo que dije fue que los mercados emergentes en general están ajustando sus tasas y que como resultado el fuerte crecimiento de la demanda interna podría crear desequilibrios que conduzcan a presiones adicionales y que el Banco Central ha subido la tasa base en 200 puntos este año y que siempre está listo para tomar cualquier medida necesaria", dijo.
En su presentación ante el foro, Meirelles dijo que el crecimiento de la economía de Brasil se moderaría en algún grado el próximo año, hacia niveles consistentes con su potencial.
El funcionario declaró además que se está viendo que el déficit de la cuenta corriente brasileña iría en el largo plazo hacia una dirección que podría generar preocupación.