La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, logró garantizar un acuerdo para poner fin al estancamiento en las negociaciones y avanzar en la discusión de los acuerdos interinos y de comercio a largo plazo.
Londres. La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, dijo este domingo que el proceso de salida de la Unión Europea no será arruinado, preparando el terreno para las difíciles reuniones que mantendrá la próxima semana, en las que intentará unir un gabinete dividido detrás de su visión del país tras el Brexit.
May fue elogiada por líderes de la UE en Bruselas este viernes tras garantizar un acuerdo para poner fin al estancamiento en las negociaciones y avanzar en la discusión de los acuerdos interinos y de comercio a largo plazo.
El progreso logró aliviar un poco la preocupación de los empresarios y los inversores, que temen que Reino Unido pueda abandonar el bloque sin un acuerdo, o que el frágil gobierno de May pueda colapsar bajo la presión de implementar el Brexit.
"En medio de todo el ruido estamos siguiendo adelante con el trabajo", escribió May en el diario The Sunday Telegraph. "Mi mensaje hoy es muy claro: no arruinarán esta tarea fundamental de cumplir la voluntad democrática del pueblo británico".
No obstante, es probable que May se enfrente algunas situaciones complicadas la próxima semana, cuando discuta con sus principales ministros el denominado "estado final" de las negociaciones del Brexit por vez primera desde que Reino Unido votó en favor de dejar la UE en un referendo en junio de 2016.
El tipo de relación a largo plazo que debería tener el país con la UE es una cuestión incómoda a todos los niveles en Reino Unido, incluyendo dentro del gabinete de May, donde algunos quieren mantener lazos estrechos y otros prefieren un divorcio más radical de Bruselas.
Consciente de la necesidad de mantener contentas a ambas partes, May ha planeado hasta el momento un camino cauto, que será puesto a prueba en las reuniones previstas para el lunes y el martes.
May dice que quiere un acuerdo amplio de libre comercio con la UE y una política comercial más enfocada hacia el exterior, pero ha obviado bastante asuntos más complicados, como si Reino Unido debería seguir alineada con las reglas comerciales del bloque y el futuro papel de los tribunales europeos.