Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (Echo) desarrolla proyectos en la zona para evitar que las personas opten por estas actividades dañinas para el ecosistema, pero que resultan lucrativas en circunstancias de necesidad.
Santo Domingo. La inseguridad alimentaria que vive actualmente el noroeste de Haití por la falta de lluvias obliga a la población más vulnerable a buscar alternativas de ingresos y una de ellas es la tala de árboles para producir carbón vegetal, lo que conduce más a la deforestación, directamente relacionada con la sequía.
Según explica la experta en seguridad alimentaria del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (Echo) María Bernárdez, el noreste de Haití es una zona que tiene problemas con la lluvia de forma recurrente y los efectos se van acumulando.
En este sentido, Echo apuntó la necesidad de quienes viven en esta zona de buscar fuentes alternativas de ingresos, entre las que se encuentran la tala de árboles y la venta de sus animales. "Haití es consciente de que tiene ese problema", opinó Bernárdez en referencia a la deforestación que sufre el país, y recordó que los suelos "están muy erosionados".
Sin embargo, señaló que se desarrollan proyectos de reforestación, y aseguró que se puede mejorar si mejoran las capacidades de la población, ya que no tendrán que recurrir a otros mecanismos.
Echo actúa en emergencias y a corto plazo para salvar vidas, en el noroeste de Haití distribuyen cupones de alimentos a la población más vulnerable, desarrollan actividades de "trabajo por dinero" y, además, llevan a cabo un seguimiento a nivel nutricional de la zona, recordó Bernárdez.
Según informó Echo, firmaron un acuerdo de financiamiento por US$1.041 millones con la organización internacional Acción contra el hambre (ACF) para asistir a la población del noroeste afectada por la crisis alimentaria que sufre la zona como consecuencia de meses de sequía.
Un total de 20.845 personas en el noroeste reciben ayuda directa de la intervención, agregó la experta en seguridad alimentaria de Echo. Este acuerdo aspira a reforzar el sustento de la población más vulnerable, y la mejora de sus prácticas para una mejor resistencia a las perturbaciones climáticas a largo plazo.
María Bernárdez comentó que la situación podría empeorar, por lo que "es importante seguir la situación de muy cerca". La situación es "crítica" a nivel de inseguridad alimentaria desde hace meses pero se están poniendo en marcha nuevos programas, "si hubiera necesidad veríamos cómo actuar".
Existe una coordinación de esfuerzos para asistir a la población entre las diferentes entidades y organizaciones de ayuda humanitaria en el país, como Echo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha) y Acción contra el hambre (ACF), entre otras.