En un país con una fuerte tradición inflacionaria, la devaluación del 16,1% que sufrió el peso en mayo, en medio de un torbellino financiero, empujó al banco central a vender más del 10% de sus reservas y a subir al 40% la tasa de interés, en un intento por frenar la caída de la moneda y su contagio a los precios.
Buenos Aires.- Cuando María Florencia Humano abrió un negocio de ropa en Buenos Aires a fines del 2016 no esperaba que la abrupta caída del consumo provocada por la alta inflación la obligara a cerrar las puertas tan pronto.
Si la inflación cercana al 25% anual ya había disparado una crisis en firmas como Carrefour, que debió achicar su plantilla en medio de complejas negociaciones, la astronómica subida de tasas del banco central para paliar el problema golpearía más a la economía, a minoristas y a industrias.
La cámara APYME, que agrupa a empresas de baja escala, ya recibió diversas consultas de firmas que quieren recurrir al mismo proceso preventivo de crisis de Carrefour, que implica una mediación del Gobierno, señaló a Reuters su representante, Eduardo Fernández.
"La venta de indumentaria cayó una barbaridad porque la gente empezó a seleccionar sus compras para llegar a fin de mes. Me jugué a ser independiente pero fue el peor momento", señaló Humano, de 46 años, que se mostró desilusionada con el presidente Mauricio Macri, a quien votó hace casi tres años.
En un país con una fuerte tradición inflacionaria, la devaluación del 16,1% que sufrió el peso en mayo, en medio de un torbellino financiero, empujó al banco central a vender más del 10% de sus reservas y a subir al 40% la tasa de interés, en un intento por frenar la caída de la moneda y su contagio a los precios.
Pero el costo podría ser profundizar la desaceleración de la economía y el cierre de tiendas como la de Humano, que tienen que luchar por lograr financiamiento.
"El crédito servía para comprar materias primas, pero ahora no te vas a meter en un crédito", dijo a Reuters Fabián Castillo, comerciante y dueño de una fábrica de calzados.
Las ventas minoristas -en rubros como calzado, electrodomésticos, muebles y textiles- bajaron un 3% en abril y acumulan una caída del 1,9% en el año, informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
"El mercado de consumo se mantuvo retraído, afectado por la incertidumbre cambiaria, el menor poder adquisitivo de las familias y los altos niveles de endeudamiento con tarjetas de crédito. Según informaron los comercios consultados, los rechazos (de compras) por falta de fondos se volvieron más frecuentes", informó CAME en un comunicado.
Los argentinos son muy sensibles a las turbulencias del mercado debido a la historia de frecuentes colapsos financieros que sufrió el país, incluyendo la confiscación de depósitos y la conversión de ahorros en dólares a pesos tras una fuerte devaluación a principios del 2002.
A eso se suma la decisión de Macri de principios de mes de buscar una línea de crédito del Fondo Monetario Internacional, entidad a la que muchos argentinos responsabilizan por las políticas de ajustes que llevaron a la crisis financiera de 2001/2002.
Aunque la situación no llegó a ser preocupante, los depósitos en dólares cayeron levemente en las últimas semanas.
Situación dificilísima.- En abril, la cadena minorista Carrefour Argentina se vio obligada a cerrar un acuerdo con el sindicato que engloba a sus empleados para hacer retiros voluntarios, con beneficios como indemnizaciones del 150%.
Fernández, el presidente APYME, una asociación que nuclea a 10.000 pequeños empresarios del país, dijo a Reuters que ya varias empresas están analizando recurrir a esa medida.
"Muchas empresas nos consultan para tramitar ante el Ministerio de Trabajo la situación de empresas en crisis, para permitir suspensiones y seguir los pasos de Carrefour", explicó.
"Con este aumento de tasas, ni intentamos pedir un crédito, estamos en una situación dificilísima", agregó.
Una fuente del banco central señaló que la entidad no prevé ofrecer créditos subsidiados para las pequeñas y medianas empresas y que las tasas se irán acomodando por el mercado.
Tras 12 años de gestiones de centroizquierda que alentaron el consumo aún a costa de una elevada inflación, cuando Macri llegó al poder en el 2015 decidió acercarse a los mercados para impulsar las inversiones que tanto necesita el país. Pero hasta ahora los capitales llegaron a cuentagotas.
La confianza del consumidor cayó en abril al nivel más bajo en cuatro años, según un índice publicado por la Universidad Torcuato Di Tella. La confianza bajó un 8,5% respecto de marzo y un 13,2% respecto del mismo mes del año anterior, dijo la universidad.
Los economistas estiman que la inflación sería de al menos el 22% este año, muy lejos de la meta del 15% establecida por el banco central, que hasta ahora se ha usado como parámetro para negociar los ajustes salariales.
"El salario real posiblemente disminuya en el primer semestre del año", dijo Horacio Larghi, economista de Invenómica.
El Gobierno reconoció que la subida de tasas y la devaluación que sufrió el peso van a tener un impacto en el nivel de actividad, cuyo crecimiento fue estimado inicialmente en el 3% del PIB, pero que muchos creen que estará más cerca del 2%.