Un sondeo de la consultora Nielsen, muestra que el consumo de bebidas creció 9,5% entre enero y junio, respecto a igual período del año pasado
ElObservador.com.- En los primeros seis meses del año el consumo en el sector de retail consolidó las señales de recuperación que habían comenzado a observarse a fines del año pasado, ayudado por un fuerte impulso de la categoría bebidas.
Un sondeo de la consultora Nielsen al que accedió El Observador, muestra que el consumo de bebidas creció 9,5% entre enero y junio, respecto a igual período del año pasado. Este comportamiento se vio favorecido por un clima más benévolo y por la buena temporada de verano.
A nivel de canales el incremento en el consumo de bebidas estuvo impulsado principalmente por almacenes, autoservicios, kioscos y minimercados, ya que esta categoría de productos tiene un mayor peso en el total de su canasta. Además, por tratarse de un producto de consumo más regular, frecuente y de reposición más diaria, la compra se realiza en el punto de venta más cercano.
Por otro lado, el consumo de productos de tocador y cosmética registró un crecimiento de 3,1%, alimentos 1,9% y limpieza 0,5%, según el relevamiento.
Por canales
Almacenes, autoservicios, kioscos y minimercados son también los que más crecieron. El informe destaca en especial el crecimiento del consumo en los autoservicios, ayudado por las bebidas, pero también por el propio formato de los comercios. "Dado el ritmo de vida que todos afrontamos cada vez más, los consumidores buscan la conveniencia en todo", se explica. Aquí resultan claves en la decisión de compra en una tienda u otra aspectos como la proximidad del local, pero también otras facilidades que se ofrezcan como cajas rápidas, el diseño de las góndolas y la oferta de alimentos frescos o recién procesados, señala el informe.
Por otro lado, el consumo en supermercados cayó 1% pero comenzaron a recuperarse en la segunda parte del año, según el estudio. Si se analiza el consumo por familia de productos en supermercados, las bebidas crecen 1,6%, los productos frescos, lácteos y congelados 1,7%, mientras que el resto de la familia de comestibles, tocador y limpieza descienden.
Atentos a las promociones.-Los consumidores uruguayos están cada vez más atentos a las campañas de promociones y descuentos de productos que ofrecen supermercados, hipermercados, almacenes y autoservicios y otros similares, según el último monitor demanda retail que divulgó en agosto la consultora Equipos Consultores.
En junio, el índice que releva la atención a las promociones trepó al 53% de los encuestados, un guarismo superior al de un año atrás y el mayor registro desde que comenzó la medición (junio de 2016).
Por otro lado, los indicadores de demanda del mercado retail recabados se ubicaron en un nivel similar a un año atrás, a pesar de la mejoría que se observó en los indicadores de confianza en el segundo trimestre en la comparación interanual. Eso estaría mostrando que la mejora del ánimo de los consumidores no se traduce en una clara mayor predisposición al consumo de bienes tipo retail (contrario a lo que sucede con la compra de algunos bienes durables, explicó el estudio.
Motor de crecimiento.-El consumo sigue siendo uno de los motores del crecimiento de la economía uruguaya en lo que va del año. Los últimos datos publicados el jueves por el Banco Central (BCU), conformaron que en el segundo trimestre el consumo privado creció 4,4% interanual. Se trata también de una aceleración respecto al 4,1% del comienzo del año.
Esta consolidación es consistente con el aumento del salario real y con la mejora de la confianza del consumidor que se observa desde el segundo semestre de 2016, tras haber alcanzado mínimos históricos en la primer parte de ese año.
Los consumidores entienden que la situación económica expone mejoras y están dispuestos a gastar. Eso se refleja, por ejemplo, en una mayor predisposición a la compra de bienes como automóviles y electrodomésticos, alentados por la baja del dólar.
Aunque persisten interrogantes sobre la situación de futuro. Para lo que resta del año las expectativas de los consumidores estarán sujetas a la evolución de la inflación, de la pizarra cambiaria y del desempleo.
La semana pasada la economista Silvia Vázquez, responsable del Programa de Opinión Pública y Confianza Económica (Universidad Católica, Equipos Consultores) dijo a El Observador que en ese marco cabría esperar que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) continúe fluctuando entre el "moderado pesimismo" y la "zona neutral", con elevada volatilidad, debido a las fuerzas contrapuestas que están incidiendo en su evolución.