Por primera vez desde el 2009 el PIB mexicano cae a negativos. Durante el 2019 se registraron contracciones de la producción en los cuatro trimestres, impulsadas por el deterioro de las actividades secundarias, especialmente la construcción y la minería.
La economía mexicana, medida a través del PIB (Producto Interno Bruto) se contrajo 0,1% durante el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta caída en la producción nacional es la primera registrada desde tiempos de crisis en 2009 y se acompaña de una desaceleración económica a nivel global.
Las cifras revisadas por el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) confirmaron un deterioro importante de las actividades secundarias, especialmente la construcción y una continuidad en el estancamiento del sector minero. Situación acompañada de la pérdida de dinamismo en el comercio y los servicios, que componen el motor económico de México.
En el 2019 se registraron caídas consecutivas de 0,1% en el PIB trimestral durante los cuatro periodos, esta situación reflejó que cada trimestre la producción fue disminuyendo respecto del lapso inmediato anterior.
López Obrador y el ex presidente panista Vicente Fox son los dos más recientes mandatarios que arrancan su sexenio con una contracción económica. El primer año de gobierno Fox también cayó 0,2% la economía nacional.
Actividades secundarias arrastraron el PIB. La contracción de la economía mexicana durante 2019 se gestó como resultado de las importantes caídas del producto total de las actividades secundarias, en comparación con el 2018 la generación económica de esta esfera cayó 1,8%, suiguiendo las cifras desestacionalizadas y revisadas del Sistema de Cuentas Nacionales del Inegi.
Al interior de esta esfera de la economía, la construcción encabezó las contracciones con una contracción de 5.0% de su producto total, sólo la supero ligeramente la caída en el sector minero de 5.1 por ciento.
Las industrias manufactureras apenas alcanzaron un crecimiento anual de 0.2% durante este año. El único sector que presentó resultados positivos fue el de las actividades energéticas, con una expansión de 2,3%; estas actividades incluyen la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, agua y gas.
El comportamiento de las actividades secundarias impactó de manera importante a la economía nacional; su aportación durante el 2019 ascendió a 28.5% del PIB total.
Pérdida de dinamismo del motor económico. La economía mexicana tiene su oxígeneo en la esfera del comercio y los servicios. Las actividades terciarias durante el primer año de administración de López Obrador representaron 63,8% del producto nacional.
En este lapso el crecimiento fue de apenas 0,5%, el más modesto de la década. El comercio mayorista fue el sector más debilitado durante este año, registró una caída anual de 0,5% en su producto mientras que el comercio minorista apenas logró crecer 0,1%.
Los servicios educativos también registraron una caída de 0,1%. En contraparte, los servivios de apoyo a negocios y remediación, los servicios financieros y los servicios técnicos y profesionales incrementaron su producto en tasas superiores al 1%.
Actividades primarias aumentan modestamente su participación. La economía nacional es altamente dependiente de las actividades terciarias y secundarias, la agricultura y ganadería participan con menos del 5% del PIB. Pese a ello, su aportación en 2019 incrementó ligeramente en relación con el año previo, pasando de 3,2 a 3,3% del total.
Las actividades primarias fueron el único rubro que registró un crecimiento superior a 1% durante este año, en relación anual su producto se incrementó 2%. Sin embargo, el buen comportamiento de sector agricultor y ganadero es insuficiente para levantar la economía mexicana.