La fuerte demanda de productos brasileños, tanto en el país como en el extranjero, llevó en julio al ritmo de ventas más intenso en tres meses.
La expansión del sector industrial de Brasil se aceleró en julio, cuando una mejora en la demanda generó una serie de resultados positivos, con las ventas y la producción creciendo al ritmo más fuerte en tres meses, mostró una investigación publicada este jueves.
El índice de gerentes de compras (PMI) industrial brasileño, compilado por S&P Global, alcanzó 54,0 en julio, desde 52,5 en junio, marcando el ritmo más fuerte desde abril. Fue el séptimo mes consecutivo en el que el índice estuvo por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
La fuerte demanda de productos brasileños, tanto en el país como en el extranjero, llevó en julio al ritmo de ventas más intenso en tres meses.
Las ventas de exportación fueron las más fuertes en más de dos años y medio, y las empresas monitoreadas destacaron ganancias en África, Asia, Europa, América Latina y Estados Unidos. Citaron que la depreciación de la moneda ayudó a mejorar su competitividad global.
Como resultado, los fabricantes brasileños también aumentaron los volúmenes de producción al ritmo más alto desde abril. Como resultado, la creación de empleo se aceleró y la confianza empresarial se mantuvo sólida.
Alrededor del 68% de los entrevistados del 11 al 24 de julio espera que la producción sea mayor en 12 meses, frente al 3% que ve una reducción en ese período.
Por otro lado, la depreciación del real ejerció una presión considerable sobre los precios de los insumos, que alcanzaron el nivel más alto en dos años, y los productores dijeron que pagaban más por los productos químicos, los alimentos, el combustible, los metales y el papel.
Para proteger los márgenes, los fabricantes volvieron a subir los precios de venta en junio al ritmo más fuerte en dos años.
"Este escenario económico mixto sugiere que, aunque la aceleración de la demanda y las ventas internacionales ha sido positiva, la intensificación de la inflación puede llevar al banco central a repensar su postura de política monetaria", dijo Pollyanna De Lima, directora asociada de economía de S&P Global Market. Inteligencia.
"Es posible que las autoridades tengan que caminar sobre una delgada línea, equilibrando la necesidad de impulsar el crecimiento con medidas para controlar la inflación".