De las 169 metas contenidas en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, “solo 15% están en camino, mientras que muchos van en reversa”, advirtió António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, durante el encuentro que reunió a los líderes de diferentes naciones.
En el marco de la semana de alto nivel de la Asamblea General de Naciones, en Nueva York los días 18 y 19 de septiembre tuvo lugar la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan un mundo más justo para el año 2030. Y aunque siguen igual de vigentes como "promesa de un mundo de salud, progreso y oportunidad para todos", su consecución ya está en duda.
De las 169 metas contenidas en los 17 ODS, “solo 15% están en camino, mientras que muchos van en reversa”, advirtió António Gutérres, Secretario General de las Naciones Unidas, durante el encuentro que reunió a los líderes de diferentes naciones.
Incitando a la acción con su expresión de que "Ha llegado la hora" de tomar medidas concretas para materializar los compromisos de enriquecer el porvenir de la humanidad, ayer lunes se firmó una declaración política en la que los líderes reconocen que los ODS no se alcanzarán sin un impulso masivo a la inversión necesaria para lograr transiciones energéticas, alimentarias y digitales justas y equitativas, para transformar la educación y la protección social en los países en desarrollo.
El foco del documento es la implementación y, sobre todo, el financiamiento al desarrollo, para el que urge a asignar US$ 500.000 millones anuales.
En vista de ello, Brasil, una de las mayores economías desarrolladas en la región según Statista, pide a los países ricos que paguen la transición energética mundial, puesto que los países subdesarrollados no alcanzan los billones de dólares necesarios para evitar que la temperatura mundial aumente más de 1,5 grados centígrados.
“No pueden financiar una transición energética al estilo de Europa y Estados Unidos” y necesitan ayuda del mundo desarrollado, declaró el Ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, ayer domingo en una entrevista en Nueva York.
Ayer lunes antes de elevar la proyección de crecimiento económico en 2023, el ministro de Finanzas de Brasil, Fernando Haddad, mencionó a los periodistas que la propuesta de emitir alrededor de US$ 2.000 millones en sus primeros bonos soberanos sostenibles está prevista para septiembre u octubre.
Cabe recordar que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 32% de objetivos están clasificados en verde, lo que significa que probablemente se alcanzarían, el 46% en amarillo y el 22% restante en rojo, es decir, se alejan de la meta.
La situación en América Latina y el Caribe parece algo mejor que la observa el promedio global aunque con multitud de retos.
Si bien se debe tener en cuenta los contextos nacionales, tal y como menciona Borja Santos Porras, Vicedecano y profesor IE School of Politics, Economics and Global Affairs (IE University): “La crisis de la deuda, agravada por la pandemia, la subida de las tasas de interés, la inflación y las crecientes tensiones comerciales y geopolíticas entre bloques, como la rivalidad entre Estados Unidos y China, subrayan la importancia del sistema multilateral y la necesidad de implantar reformas en la gobernanza global necesarias para apoyar la agenda, especialmente en países altamente endeudados”.
El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) se ha comprometido a destinar el 40% de sus aprobaciones a financiamiento verde para el año 2026.