A principios de este mes, el gobierno del país declaró una emergencia hídrica, eximiendo de impuestos el agua embotellada y ordenando la construcción de un nuevo embalse. Recientemente Lacalle Pou pidió esperar a la ciudadanía 30 días más, hasta completar el trasvase con otro cuerpo de agua para abastecer la capital.
"Está sombrío", dice el local Mario del Pino, de pie en medio del embalse, rodeado de maleza y tierra agrietada.
"El agua solía cubrir todo lo que puedes ver".
El país sudamericano de tres y medio millones de habitantes se está recuperando de su peor sequía en 74 años, lo que empuja a los residentes frustrados a depender del consumo de agua embotellada.
Las bajas precipitaciones han obligado a las autoridades hídricas a usar agua de una parte más salada del río Santa Lucía, que suministra la mayor parte del agua potable de Uruguay, dejando el agua del grifo no potable para muchos.
"Es horrible. No se puede beber", lamenta el maestro Adrian Dias, quien compra dos o tres botellas de agua de 6,5 litros (1,7 galones) cada dos semanas. “Mi esposa tiene hipertensión, entonces le es imposible beber esta agua por la cantidad de sal que tiene”.
La ira por la escasez de agua ha provocado múltiples protestas en las calles de la capital. Afuera de la empresa estatal de agua OSE (Obras Sanitarias del Estado), un grafiti dice "no hay sequía, solo saqueos".
"Agua hay, pero está en manos de particulares", se lee en una pancarta colgada frente al OSE.
Federico Kreimerman, un líder sindical de OSE, considera que la agroindustria es parcialmente culpable de los problemas de agua de Uruguay, explicando que el agua del río Santa Lucía se desvía a embalses privados para riego.
"La proporción de agua para consumo humano es pequeña", afirma Kreimerman. "Los empresarios de agronegocios represan el río y lo usan para ellos mismos".
A principios de este mes, el gobierno declaró una emergencia hídrica, eximiendo de impuestos el agua embotellada y ordenando la construcción de un nuevo embalse.
También está distribuyendo agua potable a grupos vulnerables como escuelas, hogares de ancianos y hospitales, dijo Gerardo Amarilla, subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente de Uruguay.
"El tema es real", reconoce el músico Frank Lampariello, luego de abastecerse de agua embotellada en un supermercado de Solymar, en las afueras de Montevideo. "Es complicado, especialmente, para las clases bajas".
EL AGUA SE ACABA
“Si no llueve, va a haber un lapso en el cual el agua no será bebible”.
Así reconoció el jueves el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, que las reservas de agua dulce de Paso
Severino están agotándose y que la nueva obra de trasvase del río San José no estará pronta hasta dentro de 30 días, por lo cual es factible que deje de asegurarse en Montevideo y el área metropolitana la calidad del agua de OSE para el consumo humano.
Un mes y medio antes, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, había dicho que el gobierno le aseguraría "el suministro de agua a la gente en la calidad” del momento.
Ante la incertidumbre de cómo el exceso de sodio con que se está entregando el agua por la red de OSE incide en la población, el Ministerio de Salud Pública creó una comisión honoraria asesora en la que un conjunto de médicos responde con informes técnicos ante las dudas que se les presenten a las autoridades sanitarias.
El miércoles 21 de junio, las autoridades sanitarias recibieron un informe de dos carillas que llevaba la firma de cinco médicos en la que resumen por qué no conviene seguir subiendo los niveles de concentración de sodio y cloro al tiempo que se garantiza el consumo humano de esa agua.
La explicación, es que la Organización Mundial de la Salud recomienda que un humano joven y sano no sobrepase la ingesta de cinco gramos de cloruro de sodio (sal) por día. En la población de riesgo ese límite es todavía inferior. Pero si se eleva la concentración de sodio a 700 miligramos por litro de agua que sale de la canilla, como pedía OSE al MSP, el solo consumo de dos litros diarios de agua ya insumiría casi por completo el límite de sal recomendado.