El nuevo sistema de importaciones que aplicó el gobierno de Argentina facilitó el comercio bilateral, pero todavía persisten inconvenientes que afectan a los exportadores y los envíos uruguayos hacia ese país. Básicamente, la situación argentina está haciendo que compren menos, dicen analistas.
Pese a las medidas implementadas por el gobierno de Javier Milei, las exportaciones a Argentina acentuaron una tendencia negativa. Algunas empresas que destinan su producción hacia ese destino atraviesan problemas e importadores argentinos dejan pendientes algunos pedidos ya programados de mercadería uruguaya.
Entre enero y mayo de este año, las exportaciones fueron por US$ 196 millones, con un descenso interanual de 15%. En los cinco meses de 2023 habían sido por US$ 231 millones y ya arrastraban una disminución de 46% respecto a los mismos meses de 2022.
Los tres principales productos cerraron este año con números rojos, según informó el Instituto Uruguay XXI.
Desde que asumió, el gobierno de Milei buscó dinamizarlas compras de empresas argentinas en el exterior que estaban frenadas por trabas cambiarias y burocráticas.
La administración de Alberto Fernández había implementado el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). En su comienzo se presentó como un modelo para facilitar el comercio exterior, pero terminó convirtiéndose en una dificultad para los importadores.
El sistema generó atrasos en las autorizaciones previas de las operaciones y también en los pagos. Eso hizo que, en algunos casos, exportaciones uruguayas acumularan retrasos de hasta un año para ser saldadas.
A mediados de diciembre, el actual ministro de Economía argentino, Luis Caputo, informó que habría un cambio en el régimen de importaciones. “Se reemplaza el SIRA por un sistema estadístico y de información de importaciones que no requerirá la aprobación de licencias previas”, dijo.
“Se termina la discrecionalidad y se garantiza la transparencia del proceso de aprobación de las importaciones. Es decir, el que quiera importar podrá hacerlo y punto”, añadió. Pocos días más tarde se instauró el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI).
La primera reacción en Uruguay fue positiva: el gobierno entrante aseguraba condiciones que no se habían cumplido en el pasado. Sin embargo, con el paso de los meses aparecieron algunas luces rojas.
Un relevamiento realizado por la Unión de Exportadores (UEU) mostró que quedaban operaciones pendientes de pago por US$ 200 millones. También se constató que las nuevas ventas, cursadas a través del SEDI, transcurrían sin inconvenientes.
El régimen estableció que las operaciones se abonarían en cuatro veces. El 25% a los 30 días y el 75% restante en tres partes iguales a 60, 90 y 120 días.
También planteó excepciones. Los pagos de compras de productos farmacéuticos y los insumos utilizados para su elaboración, los bienes relacionados con la atención de la salud, los alimentos para el consumo y los fertilizantes y productos fitosanitarios deben realizarse, en forma completa, a los 30 días.
Además, el Banco Central de Argentina (BCRA) elaboró un nuevo listado de bienes para incluir en el listado. Allí hay productos lácteos, café, té, cacao, grasas y aceites y productos para limpieza.
Pero las medidas no lograron revertir el mal desempeño importador, algo que muestran las cifras oficiales de Argentina.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las compras en el exterior retrocedieron 23,8% en los primeros cuatro meses del año. Las importaciones de alimentos y bebidas básicas fundamentalmente para el hogar disminuyeron 28,6% y las piezas y accesorios para equipos de transporte bajaron 17,7%.
El presidente de la comisión de comercio exterior de la Cámara de Industrias (CIU), Washington Durán, dijo que una de las explicaciones para la baja del comercio es que varias empresas que exportan a Argentina atraviesan momentos complicados.
Uno de los ejemplos es la autopartista Fanacif. La compañía –propiedad de la brasileña Frasle Mobility- anunció hace semanas el cese de sus operaciones en Uruguay y el traslado de la producción de componentes para sistemas de frenos a su casa matriz. El principal mercado de exportación que tenía era Argentina.
Durán informó que el plan de pagos establecido por el SEDI se viene cumpliendo y eso genera realidades.
Algunas empresas establecidas en Argentina están cancelando órdenes de compra ya programadas. “Están reviendo pedidos y dejando algunas cosas en suspenso”, indicó.
Desde su visión habrá que esperar el cierre del primer semestre del año y allí hacer un repaso sobre el funcionamiento del actual sistema de importación y los pagos que quedaron pendientes del anterior.