Para la calificadora, el desempeño de las entidades bancarias se debilitó en el primer semestre de 2023. Además, estima que en 2024 los costos de financiamiento bajarán, lo que aliviará los márgenes de los bancos y les permitirá una mayor rentabilidad. 

Tras un 2023 difícil, 2024 sería más favorable para los bancos colombianos. Así lo estima Fitch Ratings, que hoy miércoles publicó un informe sobre las perspectivas de las entidades bancarias.

Para la calificadora, el desempeño de los bancos colombianos se debilitó en el primer semestre de 2023 por cuenta de las altas tasas de interés y altos costos crediticios. Además, Fitch resaltó la depreciación del peso colombiano en la primera mitad de 2023. 

Además, Fitch resalta que las altas tasas de interés han pesado en la capacidad de pago de quienes adquieren créditos y esto, aunado a un desempleo todavía elevado con una alta inflación, “ha afectado negativamente la calidad de los activos, en particular para préstamos para minoristas y pymes”, señaló la calificadora. 

“En general, los resultados de los bancos colombianos en este periodo estuvieron en la línea con las expectativas base de Fitch”, indicó la calificadora en su informe. 

Segunda mitad de 2023

Las proyecciones de Fitch Ratings para la segunda mitad de 2023 parten de un entorno macroeconómico con altas tasas de interés, “que se mantendrán en territorio restrictivo durante el resto de 2023 debido a la inflación persistente”.

La política monetaria que sigue el país actualmente se traducirá en altos costos de endeudamiento, de ahí que la calificadora también estime que la demanda de crédito se mantendrá baja.

“Sin embargo, las métricas financieras básicas seguirán siendo proporcionales a los perfiles de riesgo crediticio de la mayoría de los bancos”, indica Fitch Ratings en su informe. 

Proyecciones para 2024

Finalmente, Fitch espera que en 2024 los costos de financiamiento bajen, lo que aliviará los márgenes de los bancos y les permitirá una mayor rentabilidad.

Además, los indicadores de calidad de los activos mejorarían hasta llegar a “niveles aceptables” en 2025, en función de la recuperación económica y una mayor demanda de crédito.