Un estudio de Credicorp determinó que ante cambios climáticos los países con mayor capacidad de respuesta son Perú y Chile, puesto que cuentan con los mejores ratings crediticios de la región, mientras que Colombia se vería limitada como consecuencia de mantener un porcentaje de endeudamiento alto en diferentes gobiernos.
El fenómeno de El Niño nunca sucede independiente de otros eventos globales.
Generalmente asociado con un aumento de las precipitaciones en partes de Sudamérica, de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central, así como también sequías severas en Australia, Indonesia, el sur de Asia, América Central y el norte de América del Sur; este año viene arrastrando los efectos que dejó el ciclón Yaku en los primeros meses, provocando una situación de sequías importante en Panamá, calentamiento que afecta a la producción pesquera peruana, desde sequías a inundaciones en Chile, y también sequías en Colombia que la llevan a utilizar vías alternas de generación de energía.
2023 ha sido un año de ajuste ante una elevada inflación, altas tasas de interés, menor demanda externa y algunos factores idiosincráticos, por ello el principal factor a monitorear en los próximos meses es el desarrollo del fenómeno de El Niño por su impacto potencial sobre la actividad y la inflación (aunque diferenciado y temporal). De acuerdo con Dario Valdizan, Director ejecutivo de Buy Side Research de Credicorp Capital, el fenómeno produce efectos inflacionarios.
El Niño reduce el crecimiento económico a nivel país de aquellos afectados, según la revista Science. Muestra de esto es que se atribuyeron US$ 4,1 billones y US$ 5,7 billones en pérdidas de ingresos globales a los eventos de 1982–83 y 1997–98, respectivamente.
Asimismo, de acuerdo con el estudio de Credicorp “Impacto del fenómeno de El Niño en economías emergentes”, dan cuenta que Colombia es el país de la región más afectado debido a su composición en la canasta básica. Esto, porque el rubro de alimentos es el que retroalimenta a los demás sectores y, por ende, impactaría más fuerte que un choque en energía. Explica también la velocidad con la cual el banco central va reduciendo su tasa, pues está condicionada al impacto o la severidad del fenómeno de El Niño que se viene en noviembre.
CAPACIDAD DE RESPUESTA
Los resultados del mismo estudio consideran el nivel de endeudamiento de un país versus su PIB, el espacio que tiene de maniobrabilidad fiscal, el acceso a diferentes estamentos tanto supranacionales como globales y financieros, es decir, si podrían fácilmente acceder a un crédito. A raíz de ello, se determinó que quienes tienen mayor capacidad de respuesta son tanto Perú como Chile, puesto que cuentan con los mejores ratings crediticios de la región y posicionados por los niveles de endeudamiento que tienen en la actualidad.
Por otro lado, el gobierno colombiano y su sensibilidad ante riesgos inflacionarios y de crecimiento derivados de los menores rendimientos de los cultivos y la escasez de energía hidroeléctrica, cuenta con un limitado y a la vez menor espacio fiscal debido a subsidios a energía y porque durante los últimos años los diferentes gobiernos han mantenido un porcentaje de endeudamiento alto.
El índice de Notre Dame GAIN con respecto a riesgo en cultivos y transporte, así como de reservas y acceso al agua, señala que la mayoría de los países de la región tienen baja capacidad de respuesta al cambio climático. Entendiéndose como "a mayor valor mayor vulnerabilidad", solo Chile con 0,2% tendría calidad del comercio y transporte, mientras que por el lado de acceso a agua bebible solo Brazil (0,2), Argentina (0,3) y Panamá (0,48 aproximadamente) están por debajo del 0,5.
El repunte del crecimiento económico regional al 2024 estaría acotado por el impacto del fenómeno El Niño, en especial en Perú, pues en sus proyecciones macroeconómicas se prevé un alto impacto. Asimismo, la inflación tendrá presiones alcistas adicionales moderadas y se verían afectadas las expectativas de recortes de tasa de referencia de Bancos Centrales de la región, retrasando el ciclo de normalización monetaria.
INFLACIÓN COMO IMPUESTO
“Todos tenemos impactos relacionados con cosas que suceden en otros países”, dice Dario Valdizan a AméricaEconomía. “Culpar a actores internos por factores globales es equivocado, y hay que ser conscientes de que esos factores pueden afectar la toma de decisión”.
Si bien no se puede saber con exactitud la intensidad del fenómeno de El Niño, se logra estimar el rango de tiempo de duración, lo cual debería ayudar a tomar decisiones preventivas para poder accionar adecuadamente, según se va materializando el evento.
“La inflación es un impuesto, sobre todo en las personas de menores recursos. Un tercio de su gasto se va en alimentos, y todo es inflacionario, principalmente para precios agrícolas”, recuerda el ejecutivo de Credicorp Capital.
Hay sectores que tienen vulnerabilidad de corto plazo por causa del evento, donde la dinámica de qué tan fuerte sea va a depender de su intensidad, pero se van a evidenciar con saltos o sobresaltos en la inflación alimentaria. Y eso se da en un momento en el cual se ha visto una subida de precios de energía por causa de lo que está sucediendo con el petróleo. Es otro factor también inflacionario que afecta a la población en general.
ES UN SPIKE, NO UN CAMBIO ESTRUCTURAL
“El gap está específicamente relacionado con la inversión pública preventiva”, dice Jonathan Gutierrez, asociado senior de Buy Side Research Credicorp Capital a AméricaEconomía.
Gutierrez considera que las empresas y las inversiones también tendrían que cuidarse porque tienen una exposición directa debido a que sus zonas de producción se encuentran en áreas donde se va a ver un impacto en el ciclo agrícola. Asimismo, los centros de distribución de los supermercados van a tener que abastecerse por riesgo de disrupciones a la cadena logística. Del otro lado, las empresas cementeras o de infraestructura, que en un momento se ven afectadas porque se paralizan ciertas obras, cuando se busca la reconstrucción, el manejo, se verán beneficiadas. Es un ecosistema.
“Después de la caminata, como decía mi abuelo, expira, toma algún carro. Porque esto es un spike (un alto), no es un cambio estructural”, señala Dario Valdizán. “Tenemos que entender que es un problema en la subida de precios, porque está sucediendo. ¿Y cómo se soluciona? Con prevención. Mejorando los niveles de los inventarios adecuadamente para que justamente te dé crédito de consorcio. Es un truquete federal”.