Estos son los sectores que más están generando empleo en el país cafetero.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE) reportó que en septiembre el desempleo en el país cafetero registró una variación anual del 9,1%. Esto se traduce en una caída de 0,2% frente al mismo mes del año pasado.

Otra forma de entender estas cifras es que, en septiembre, 22.000 salieron de la desocupación en Colombia, mientras que 107.000 encontraron trabajo. En suma, la población en edad de trabajar en el país (personas mayores de 15 años) es de 40,2 millones de personas; la población ocupada es de 23,2 millones; la desocupada es de 2,33 millones y la población por fuera de la fuerza laboral se cuenta en 14,69 millones.

Recordar que este último grupo está conformado por personas que no trabajan por desinterés, porque se encuentran estudiando, porque tienen impedimentos físicos, porque realizan labores del cuidado del hogar no remuneradas, o porque devengan sus ingresos de recibir una renta o pensión.

En materia de desempleo, resulta estadísticamente significativo que el grueso de la disminución se dio en la población de más de 55 años, pues se pasó de 309.000 desocupados a 207.000 desocupados. Tener en cuenta que en la población de 25 a 54 años, en donde la desocupación creció en 125.000 personas.

Para el caso de la población por fuera de la fuerza de trabajo también se evidencia que los mayores aumentos se dieron en la población de 55 años o más, con un incremento de 293.000 personas (de las 491.000 que se incrementaron en septiembre).

Sobre esto también se encontró que la variación fue estadísticamente significativa para aquellos que dejaron de trabajar por motivos de estudio. 255.000 lo hicieron por esta razón, de las cuales 185.000 fueron mujeres.

Las actividades que más impulsaron la generación de empleo fueron las profesionales, científicas, técnicas y de servicios administrativos, con más de 176.000; la siguen alojamiento y servicios de comida (137.000); agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (97.000); y suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (89.000).

En contraste, los sectores que evidenciaron mayores pérdidas de puestos de trabajo fueron transporte y almacenamiento, con -114.000; información y comunicaciones (-99.000); actividades financieras y de seguros (-53.000); administración pública y defensa, educación y atención en la salud humana (-45.000); industrias manufactureras (-38.000) y construcción (-32.000).

Al hacer una diferenciación entre tipos de posición ocupacional, se encuentra que, en septiembre, las mayores contribuciones provinieron de los obreros y empleados particulares (pues estos aportaron 0,9 puntos porcentuales), seguidos de trabajador por cuenta propia (0,3 puntos porcentuales) y empleado doméstico (0,1 puntos porcentuales).

Las menores contribuciones se dieron en obrero, empleado del gobierno (-0,5 puntos porcentuales) y patrón o empleador (-0,4 puntos porcentuales).

Las ciudades con una mayor tasa de desocupación (en el trimestre julio - septiembre) fueron: Quibdó (24,9%), Riohacha (15%), Ibagué (14,1%), Florencia (13%) y Sincelejo (12,5%).

En contraste, las que tuvieron una menor tasa fueron Medellín (7,8%, Bucaramanga (8,4%), Santa Marta (9%), Neiva (9,1%) y Bogotá (9,3%).

El DANE también reportó que la informalidad se ubicó en un 55,6%, lo que se traduce en una disminución de 0,6% frente a septiembre de 2023. Aún así, hay que tener en cuenta que el indicador sigue siendo alto, siendo este uno de los grandes desafíos del mercado laboral.

Las ciudades con mayores índices de informalidad son Sincelejo (66,7%), Riohacha (63,33%), Cúcuta (62,3%), Valledupar (62,2%) y Montería (61,2%). Las ciudades con informalidad más baja son Manizales (34%), Bogotá (34,8%), Medellín (37,5%), Pereira (38,2%) y Tunja (39,8%).

En suma, Colombia registró buenas noticias en su mercado laboral para el mes de septiembre pues, aunque la reducción en la tasa de desempleo fue leve, la cifra continúa en un dígito y con posibilidades de registrar una nueva tendencia hacia la baja.

Aún así, los grandes desafíos continúan presentes, como la brecha de género (que se situó en 4,6%), el alto desempleo juvenil (16,4%) y la informalidad.