En agosto pasado y por cuarto mes consecutivo, la actividad económica de Perú registró nuevamente una contracción de 0,63%. Una recuperación inmediata y acelerada dependerá de la reacción y la magnitud del inminente Fenómeno El Niño.
2023 viene siendo un año duro para la economía de Perú. Catalogada años atrás por el Citibank como “la niña bonita de la región”, por sus perspectivas de crecimiento y comportamiento macroeconómico, hoy a la economía peruana le cuesta levantar cabeza y retomar el ritmo de crecimiento de años anteriores.
Y es que la actividad económica de Perú lleva cuatro meses consecutivos a la baja. A inicios de esta semana, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que en agosto la producción nacional cayó 0,63%, sorprendiendo al consenso del mercado que esperaba un retroceso de 0,2%.
El indicador negativo de agosto estuvo sustentado en el resultado contractivo de los sectores Agropecuario (-4,05%), Manufactura (-4,11%), Construcción (-9,57%), Transporte, Almacenamiento y Mensajería (-0,28%), Alojamiento y Restaurantes (-0,67%), Telecomunicaciones (-2,35%) y Financiero (-9,68%), según datos brindados por.
De acuerdo con el INEI, el retroceso del PIB se registra desde mayo, mes en que la economía se contrajo -1,32%, en junio -0,56% y en julio -1,29%. Estas caídas consecutivas han tenido un impacto en la performance económica de los primeros ocho meses de 2023. Así, según el informe técnico Producción Nacional, en el periodo enero-agosto la economía retrocedió 0,58%. Si se toma en cuenta el periodo anualizado (septiembre 2022-agosto 2023) la cifra es positiva con un crecimiento de 0,25%.
“Tenemos un gran problema: nuestra economía. Hay ineficiencia en la gestión, debemos convencer a los grandes inversores de creer en nuestro modelo, pero nuestra economía está parada”, dice el doctor en Economía y Empresas y catedrático de la UPC, Victor Ballena. “No estamos hablando de crisis económica, aunque estamos a punto. Felizmente vamos a iniciar la campaña navideña”.
Por su lado, el Instituto Peruano de Economía (IPE) recortó su pronóstico sobre la economía en este año a una caída de 0,3%, su peor registro en 25 años, pese a que se esperaba que la producción nacional tuviera un avance de 0,8%. No obstante, los recientes resultados prevén un cierre del año en rojo.
“Este recorte se debe a que el consumo de los hogares y la inversión de las empresas se estarían recuperando a un ritmo muy por debajo de lo anticipado previamente. En efecto, los resultados muestran que los choques adversos que experimentó el gasto privado en la primera mitad del año estarían siendo más persistentes de lo previsto, lo cual llevaría a que anote una caída de 1.4% en 2023. Además, los planes de reactivación y preparación para el Fenómeno El Niño (FEN) vienen mostrando una lenta ejecución en los gobiernos locales, lo que ha reducido el dinamismo del gasto e inversión del sector público”, explicó el IPE en un comunicado.
Ya desde septiembre, durante su presentación en la Comisión de Presupuesto del Congreso, el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, advertía que el escenario macroeconómico se había complicado. “Los números de agosto y septiembre no muestran una recuperación y, en ese sentido, es fundamental seguir incidiendo en la recuperación de la confianza", comentó.
FUTURO MODESTO
En los primeros seis meses del año, el PIB experimentó una disminución del 0,5% debido a los efectos de los eventos climáticos y las manifestaciones que ocurrieron a principios de año. Pese a que para el futuro la proyección de la economía es positiva, esta es modesta y también ha experimentado un ajuste a la baja.
Es así que el IPE revisó a la baja su estimación del crecimiento del PIB en 2024 que pasó de 2,3% a 2,1%, debido a una mayor probabilidad de que El Niño costero en el verano sea de una magnitud entre moderada y fuerte, afectando -en consecuencia- la recuperación del gasto privado. Asimismo, el IPE advierte que los planes de reactivación y preparación para El Niño se están ejecutando lentamente en los gobiernos locales.
“A partir de octubre empiezan las cosechas, se empieza a vender los productos agroexportables, pero este año ahora es menor debido a la crisis de fertilizantes del año pasado”, recuerda el economista Ballena.
Entre las subidas de precios de productos parte de la canasta básica, el más reciente y notorio fue el del limón, insumo básico para la gastronomía peruana que registró incrementos de 200% a 500% en apenas dos meses.
En ese sentido, la inflación viene cediendo y podría aliviar la situación económica de los peruanos. Por lo pronto, el departamento de Estudios Económicos del Scotiabank revisó su proyección de la inflación a la baja para 2023 de 5% a 4,6 %, debido a las tendencias que se han presentado en la variación de los precios, por debajo de lo esperado.
“La inflación y las tendencias de inflación se han registrado durante los últimos tres meses por debajo de lo que esperábamos, alcanzando en septiembre el ritmo de inflación que estimábamos para todo el año (5 %)”, detalló el banco canadiense.
Asimismo, para 2024 el Scotiabank ha revisado su proyección de inflación de 3,5% a 4%, incorporando un escenario de El Niño de moderado a fuerte, a diferencia del débil a moderado con el que venía trabajando.
En los próximos meses, se anticipa que se iniciará un proceso de recuperación de la actividad económica en el país, aunque será gradual y constante, como resultado de las medidas que viene implementando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) conjuntamente con el Banco Central de Reserva (BCR).
Conforme a las previsiones del experto en economía y negocios internacionales de la Universidad ESAN, Bill Gee, es probable que la entidad monetaria opte por reducir sus tasas de referencia. Esto se debe a que, aunque no necesariamente generaría una inflación más alta, existe un margen para estimular la economía mediante la disminución de las tasas, sin que esto tenga un efecto significativo en el índice de precios al consumidor. Además del aporte de las exportaciones, la recuperación de la economía peruana se basaría en medidas locales: políticas fiscales y monetarias, apoyada por la campaña de fin de año.
En tanto, el BBVA Research estima que el descenso de la inflación, el inicio del ciclo de normalización monetaria y una esperada aceleración del gasto público orientado a mitigar los impactos de El Niño a inicios de 2024 brindarán cierto soporte a la demanda interna en lo que resta de este 2023.
Pese a que en el Marco Macroeconómico Multianual 2024 - 2027, el MEF ajustó la proyección de crecimiento del PIB de 2023 de 2,5% a 1.1%, “debido al impacto negativo de los conflictos sociales, que han afectado a los sectores no primarios, y a los choques climatológicos, que deterioraron principalmente a los sectores de pesca y agricultura”, la proyección podría quedarse corta.
Muestra de ello es que esta mañana, el área de Estudios Económicos del BCP estimó que ante los indicadores poco auspiciosos sobre la actividad económica que apuntan a una contracción en el tercer trimestre de este año, el crecimiento del PIB de Perú para 2023 podría ser nulo o ligeramente negativo.
Los meses que restan de este último trimestre serán cruciales para que la economía logre indicadores positivos este 2023.