La tercera economía de América Latina tendrá elecciones presidenciales el 22 de octubre en el contexto de una inflación anualizada del 124%, una pobreza del 40% de la población, una pérdida cotidiana de valor de su moneda y un alto déficit fiscal.
El próximo Gobierno de Argentina deberá ajustar el gasto público y dejar de emitir pesos para atacar definitivamente una inflación que parece desbocada, con el fin de encarrilar una economía estancada, señalaron a Reuters ejecutivos y empresarios del país.
La tercera economía de América Latina tendrá elecciones presidenciales el 22 de octubre en el contexto de una inflación anualizada del 124%, una pobreza del 40% de la población, una pérdida cotidiana de valor de su moneda y un alto déficit fiscal.
Los tres candidatos con mayores posibilidades presentaron proyectos que van desde una dolarización de la economía, propuesta por el ultraliberal Javier Milei, a un esquema bimonetario -postulado por la candidata de centroderecha Patricia Bullrich- o un sistema de conservación del peso, según el oficialista Sergio Massa, actual ministro de Economía.
Pero la coincidencia se produce en la necesidad de reducir el déficit fiscal.
"Los argentinos debemos dejar de discutir sobre cosas obvias, como el gasto público (...) Si no corregimos la inflación bajando el gasto público, no saldremos de donde estamos. Esto ya se resolvió en el mundo entero", sostuvo el viernes durante un evento empresarial Javier Goñi, gerente general del ingenio Ledesma.
Santiago Mignone, presidente del reciente coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), con sede en la ciudad de Mar del Plata, afirmó que "estamos inmersos en una realidad que nos agobia (...) Una inflación insoportable, aumento continuo de la pobreza".
Uno de los principales reclamos empresarios respecto del ámbito laboral se relaciona con la flexibilización de leyes laborales, ya que consideran que los riesgos legales ante eventuales despidos son muy altos y generan elevados costos.
La unificación del mercado cambiario, que actualmente exhibe una diferencia de casi 200% entre la plaza oficial y la marginal, es otro.
"Los controles cambiarios nos han quitado la posibilidad de liderar nuevas inversiones. El equilibrio fiscal, el respeto a las instituciones y los acuerdos políticos sostenibles son las principales exigencias al nuevo presidente", dijo el líder de una importante firma siderúrgica que prefirió que no se revelara su identidad.
El director del grupo financiero Adcap, Juan Molinari, acotó que "las regulaciones vigentes son uno de nuestros grandes problemas y con una eliminación lógica habrá firme crecimiento en la intermediación financiera".
La falta de crédito que sufre el mercado argentino es otro escollo para expandir negocios, en momentos en que el Gobierno debe afrontar una deuda de 44.000 millones de dólares vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Con incertidumbre electoral, tipo de cambio fijo, alta inflación (...) si no ajustás vos, te ajusta el mercado", señaló Juan Nápoli, titular del Banco de Valores y candidato a legislador del espacio libertario de Javier Milei.
La economía argentina sufriría una retracción del 2,5% en 2023, según el FMI, con reservas netas del BCRA con saldo negativo en torno a los 10.000 millones de dólares, luego de una histórica sequía que este año restó 20.000 millones de dólares de exportaciones agropecuarias.
"El contexto es complicado, pero también va a ser complicado lo que va a venir después de las elecciones, porque vamos a tener un próximo año muy duro. Debemos realmente resolver temas de fondo (...) Estamos en un pozo profundo y salir va a tener una parte traumática que habrá que pasar", concluyó Oscar Andreani, titular de la firma hómonima de correo privado.