Los exportadores del país charrúa fueron beneficiados por medidas aplicadas por el nuevo gobierno argentino de Javier Milei.
Las exportaciones uruguayas hacia Argentina recuperaron dinamismo en 2024 tras el mal desempeño del año pasado. Las ventas acumulan una suba mayor a 20% impulsadas por las colocaciones de soja, autopartes y celulosa.
Medidas adoptadas por el actual gobierno argentino beneficiaron a los exportadores uruguayos.
En el cierre de 2023 comenzaron las noticias alentadoras para los exportadores uruguayos.
A los pocos días de la asunción de Javier Milei como presidente, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el fin del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y el comienzo del Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI).
También quedó sin efecto la autorización previa de las licencias para la compra de mercadería en el exterior.
“Se termina la discrecionalidad y se garantiza la transparencia de aprobación de las importaciones. Es decir, el que quiera importar podrá hacerlo y punto”, enfatizó el ministro.
Hasta ese momento los pagos de las operaciones de comercio no tenían plazo efectivo y acumulaban demoras de más de seis meses.
El SEDI estableció, en primera instancia, que se comenzaban a abonar en cuatro cuotas consecutivas entre 30 y 120 días.
La recuperación fue lenta. En los primeros cinco meses de 2024, las ventas todavía continuaban en terreno negativo con una baja interanual de 15%. En ese momento, según un relevamiento de la Unión de Exportadores (UEU) había pagos pendientes por US$ 200 millones.
Pero el gobierno argentino continuó flexibilizando el régimen para los importadores locales y los números comenzaron a revertirse a partir de setiembre.
Según información de la UEU entre enero y noviembre de este año las exportaciones uruguayas hacia Argentina fueron por US$ 694,2 millones, con un aumento interanual de 25,8%.
Con esos números, la previsión es que el año termine con un crecimiento de las ventas hacia el país limítrofe.
Las colocaciones de soja en los 11 meses fueron por US$ 143,3 millones y se multiplicaron por cinco veces respecto al año pasado.
Las de autopartes llegaron a US$ 84,3 millones (con variación negativa de 7,5%) y las de celulosa a US$ 42,6 millones, con baja de 12,7%.
También se efectuaron ventas de energía eléctrica por US$ 95 millones, por encima de los US$ 19,3 millones del año pasado.
Otros bienes colocados en Argentina fueron los productos farmacéuticos, vehículos, plásticos y sus manufacturas y artículos de limpieza.
Pese al buen desempeño, la balanza comercial bilateral igualmente es deficitaria en US$ 755,3 millones, ya que las importaciones de mercadería argentina fueron por US$ 1.4.50,1 millones.
OTRAS MEDIDAS QUE MEJORARON LAS EXPORTACIONES
El SIRA fue impuesto por el anterior gobierno argentino de Alberto Fernández.
El sistema tuvo la intención de dinamizar las operaciones de comercio exterior, pero en la práctica se convirtió en una traba burocrática para las empresas importadoras argentinas.
Las autorizaciones para validar las compras acumulaban retrasos y además se generaban demoras para cumplir con el pago de las operaciones.
La implementación del SEDI aportó otras flexibilizaciones además de fijar los plazos en cuatro cuotas consecutivas.
Se definió que el pago de productos farmacéuticos y los insumos utilizados para su elaboración, otros bienes relacionados con la atención de la salud, alimentos para el consumo y los fertilizantes y productos fitosanitarios deberían realizarse a los 30 días.
En marzo decidió incorporar otros bienes en ese régimen de pago. En el nuevo listado de posiciones arancelarias se añadieron productos lácteos, café, té, cacao, grasas y aceites y productos para limpieza, entre otros.
En agosto, el Banco Central (BCRA) dispuso otras modificaciones. Mediante una resolución recordó que las importaciones de bienes suntuarios y autos terminados se pagaban a partir de los 120 días del registro aduanero. El organismo informó que el nuevo plazo sería a partir de los 90 días.
Además acortó el período previsto anteriormente de hasta cuatro meses para un gran número de importaciones.
A partir de ese mes, la cancelación de las operaciones pasó a ser en dos cuotas consecutivas a los 30 y 60 días.
Esa flexibilización incluyó exportaciones uruguayas de juegos de cable para bujías de encendido de vehículos, mezclas de diferentes grasas y aceites, placas y láminas de polietileno, preparaciones químicas y polímeros acrílicos.
Por último, a partir del 24 de diciembre se eliminará el cobro del Impuesto País que grava con 7,5% a las compras de mercadería en el exterior.