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Factor humano versus Inteligencia Artificial
Vie, 01/09/2023 - 08:30

Matías López

Matías López, créditos Videsk
Matías López

CTO &  co-founder en Videsk

La tecnología ha avanzado a tal punto, que lo único que necesitamos para resolver algunos de nuestros obstáculos es hacer unos cuántos clics en una aplicación. La Inteligencia Artificial (IA) puede realizar análisis de datos, resúmenes, predicciones muy precisas, entre otras cosas de manera muy rápida, reemplazando en su gran mayoría el trabajo humano.

Sin embargo, si aplicamos este tipo de eficiencia en la toma de decisiones, veremos una falla notoria. La IA no puede replicar nuestro razonamiento abstracto ni posee la intuición, que está basada en las emociones y experiencias previas que son cruciales a la hora de deliberar. Es aquí donde el factor humano cobra una relevancia ineludible.

Si bien, el trabajo de la IA es muy eficiente para avanzar rápidamente en diversos proyectos y alcanzar las metas antes de lo previsto, no es capaz de entender matices, emociones y actuar de manera ética puesto que carece de algo imprescindible que es la capacidad de capturar la esencia y la intuición que es lo que respaldan cada elección empresarial.

Las decisiones no son solo datos y análisis, sino también de la comprensión de variadas complejidades, donde la empatía y la perspicacia son fundamentales. Asimismo, al carecer de sentimientos y matices tampoco es capaz de evaluar las posibles consecuencias o implicancias que  su elección le podría ocasionar a alguien, dado que no tiene la capacidad de abstraer y comprender situaciones complejas desde una perspectiva holística.

Sin lugar a dudas, la tecnología es una herramienta muy poderosa dentro de las organizaciones, pero el motor que las impulsa sigue siendo el elemento humano el cual es irremplazable. Incluso en la era de las predicciones sofisticadas, el factor sorpresa inherente a la humanidad no puede ser confinado a ningún sistema, ni siquiera a la más avanzada hoja de cálculo.

El gran problema radica en que un negocio con poca complejidad operativa talvez sí pueda plasmar su operación en una base de conocimiento en un par de artículos.

La intuición, sustentada en emociones y vivencias previas, es un componente esencial en la toma de decisiones. La IA, por su parte, no puede replicar este aspecto humano. Su ausencia de sentimientos y su incapacidad para
evaluar las posibles consecuencias éticas de sus elecciones limitan su alcance. La tecnología puede ser impresionantemente precisa en sus cálculos, pero es la intuición humana la que aporta profundidad y es capaz de ver y abarcar todos los aspectos al momento de la toma de decisiones, lo que permite una comprensión total más allá de lo meramente cuantitativo.

Es común errar en creer que podemos llevar casos cualitativos del día a día a elementos cuantitativos analizables por IA, lo cual se reduce a un problema de comprensión versus interpretación, una complicación incluso para el mismo ser humano.

En el mundo empresarial, todos los días nos enfrentamos a dilemas éticos, decisiones estratégicas y desafíos inesperados. Una base de datos vectorial y unos cuantos clics no encontraran el consejo sabio de un mentor o el ingenio de un líder experimentado en su red de información, incluso hasta el momento solo se han planteado escenarios donde el humano participa como una base de datos análoga, camino hacia su reemplazo.

Pese a que podemos tener las respuestas a un solo clic, el verdadero poder de la inteligencia artificial no es solo rellenar ni hacer los más variados cálculos en milésimas de segundos, sino que radica en su capacidad para complementar la toma de decisiones de las personas con el fin de que puedan tener la mayor cantidad de información precisa y así realizar un exhaustivo análisis.

Por lo tanto, mientras adoptamos y aclamamos los avances de la IA, no olvidemos que el verdadero valor de una organización radica en su gente y su cultura. La tecnología puede ser una herramienta, pero el verdadero motor sigue siendo lo impredecible del humano, la intuición. Y eso, no está presente en ningún sistema, por más avanzado que sea el sistema de predicción. El ser humano necesita de opciones para intuir, este será el trabajo de la IA, no al revés.

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