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Marisela Alvarenga, del BID Invest: el crecimiento económico de América Latina es un “salto de fe” hacia la alianza fintech-bancos
Jueves, Mayo 2, 2024 - 16:00
Foto vía comunicado.

El impulso hacia una alianza estratégica entre las fintech y los bancos emerge como el catalizador clave para el crecimiento económico y la inclusión financiera en América Latina. Con el respaldo de datos que revelan un notorio avance en la adopción de soluciones digitales, lideradas por fintech, la región se prepara para dar un salto significativo hacia un ecosistema financiero regional interconectado y colaborativo. 

La complementariedad entre las fintech y los bancos impulsará la inclusión financiera en la región y fomentará su crecimiento económico”. De esta forma, Marisela Alvarenga, Directora Jefa de la División de Sector Financiero del BID Invest, describe la principal vía en que los latinoamericanos puedan acceder a servicios financieros. 

En la última década, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Venezuela han experimentado un notable crecimiento en la inclusión financiera superior al 28% debido al auge de las soluciones digitales lideradas por el surgimiento de numerosas startups fintech, según el estudio 'Transformación Digital para la Inclusión Financiera en América Latina y el Caribe' realizado por BID Invest y NTT Data, con la participación de más de 50 ejecutivos de 35 entidades financieras como bancos, neobancos, cooperativas e instituciones de microfinanzas pertenecientes a 16 países. 

“[Las fintech] tienen la capacidad de crear y salir en un menor tiempo con productos y servicios financieros”, explicó Alvarenga. “Es en su afán de ampliarlos que empiezan a involucrarse con bancos y diferentes instituciones financieras (Banking as a Service), generando mayor inclusión”. 

El nuevo modelo de negocio del ecosistema financiero fue impulsado por las iniciativas de digitalización implementadas durante la pandemia, sintonizando con los 50 millones de adultos que adoptaron los pagos digitales por primera vez y con los cuales al 2021 ya el 71% de la población de la región tenía acceso a cuentas bancarias. Destacó el crecimiento en Venezuela (51%), Brasil (41%), Costa Rica (40%) y Argentina (22%). 

Pero a pesar de que el 92% de las entidades bancarias cuentan con canales digitales, el 31% informó tener una participación entre el 10% y 30%, subrayando así la necesidad de abordar no solo la digitalización de los servicios financieros, sino la alfabetización digital de la población. 

“Si bien existe la oportunidad de ofrecer una gama más amplia de productos y servicios financieros (apps, súper apps y billeteras digitales) dentro de las instituciones financieras, es crucial abordar el nivel de regulaciones y políticas internas”, resaltó Alvarenga. 

Y es que el siguiente boom es un efectivo digital footprint a nivel de países. 

LEAP OF FAITH 

En Colombia se está lanzando el Open Banking, lo cual implica que las entidades financieras del país están adoptando este enfoque de colaboración y apertura de datos. Al conectar diferentes APIs (Interfaz de Programación de Aplicaciones, por sus siglas en inglés), se puede crear un ecosistema bancario más dinámico y flexible, donde los usuarios puedan acceder a una variedad de servicios financieros desde una sola plataforma o aplicación, incluso si provienen de diferentes entidades bancarias. 

“Es una gran leap of faith [salto de fe]”, afirmó Alverenga. 

Esta tendencia de everything as a service la habría iniciado Brasil con el sistema de pago instantáneo digital PIX, que abrió nuevas posibilidades a la transaccionalidad y facilitó el acceso a pagos entre personas (P2P). Sin embargo, la transformación tecnológica no se da solo en países grandes, sino también en los pequeños que empiezan a generar wallets, como en El Salvador con N1co, y donde desde BID Lab están implementando un sandbox diseñado para fomentar aún más el desarrollo de un ecosistema emprendedor y facilitar la rápida proliferación de soluciones digitales. 

“El objetivo es desarrollar una propuesta de valor específica para cada uno de los segmentos customizados”, señaló la ejecutiva. 

Por ello, agregó Alvarenga, es importante la estrategia dirigida hacia las poblaciones vulnerables o mal atendidas, donde se define como llegar a la economía plateada (adultos mayores), población rural, comunidades indígena, y mujeres empresarias.  

Por ejemplo, en Chile, BID Invest le otorga financiamiento a Caja Lucero, entidad financiera cuya cartera es de pensionados. Con el COVID-19, tuvieron la iniciativa de abrir un módulo de capacitación y de entrenamiento para que las personas mayores pudieran acceder a sus servicios financieros a través de los teléfonos. 

SISTEMA FINANCIERO REGIONAL INTERCONECTADO 

Ante este boom tech en las finanzas, empresas tecnológicas (Rappi en Colombia y Mercado Libre en Argentina), proveedores de telecomunicaciones (Tigo Money en Paraguay y Claro Money en República Dominicana), empresas de comercio electrónico (Amazon), startups fintech (Konfío en México), empresas de energía y servicios públicos (EPM en Colombia), empresas de envío de remesas (PayPal, Mercado Pago), y aquellas que conforman la Gig Economy (Uber y Cabify), se convirtieron en los nuevos actores y modelos de negocio. 

Si bien la distribución de plataformas están concentradas en países como Brasil (31%), México (21%) y Colombia (11%), se reconocen en el informe iniciativas como la interoperabilidad dentro de un país, como la de Yape y Plin en Perú, hasta que en suma se empareje el ecosistema digital en la región.

Por otro lado, ante la ya señalada falta de uso de servicios financieros pese a los avances para su acceso, Alvarenga enfatizó en la importancia de la educación sobre el círculo virtuoso: acceso, creación de historial, conocimiento sobre cómo utilizar diversos productos financieros y comprensión de los activos actuales. De esta manera se proporciona amplitud para explorar otras opciones para el dinero, lo que conlleva al crecimiento y al bienestar de las personas.

“Ahora es posible que las personas, sobre todo aquellas de menores ingresos, identifiquen a detalle el historial de sus ingresos y gastos”, señaló. 

Sin embargo, se necesita de un enabling environment, es decir, regulación, seguridad, facilidad y acceso, para cerrar el círculo. Solo de esa manera la unión de la base de datos de los bancos y las que generan las fintech brindarán mayor oportunidad a los productos y servicios. 

A propósito de ello es que BID firmó un Memorándum de Entendimiento (MOU) con el Banco de Pagos Internacionales (BPI o BIS, en inglés), buscando generar formas de pagos digitales a niveles de países. Esto indica que ambas organizaciones están colaborando para explorar y promover soluciones de pagos digitales a nivel nacional o de país, posiblemente con el objetivo de mejorar la eficiencia, la seguridad y la inclusión financiera en la región. 

“Ese sería el siguiente boom. Un sistema financiero regional interconectado que permita la interoperabilidad, es decir, la capacidad de diferentes instituciones financieras y sistemas de pago para comunicarse y trabajar juntos de manera eficiente”, adelantó Alvarenga. “La meta es que este sistema esté disponible para toda la población, incluyendo a aquellos que se mueven o tienen vínculos transnacionales”. 

Autores

Dax Canchari