En declaraciones recientes al Diario El Peruano, Reusche compartió las expectativas que tiene sobre la actividad productiva nacional. En ellas, el analista prevé que su economía crecerá 2.3% en el 2023 y que los sectores ligados a la exportación, como el minero y el agroindustrial, tendrán mejor desempeño.
Jaime Reusche, VP-Sr Credit Officer de Moody’s Investors Service ha estado comentando las perspectivas de Perú tras el derrocamiento de Castillo. El ejecutivo indicaba hace justo un mes que los inversionistas extranjeros no han perdido la confianza en Perú, pero ciertamente está debilitada.
En declaraciones recientes al Diario El Peruano, Reusche compartió las expectativas que tiene sobre la actividad productiva nacional. En ellas, el analista prevé que su economía crecerá 2.3% en el 2023 y que los sectores ligados a la exportación, como el minero y el agroindustrial, tendrán mejor desempeño.
¿Cuál es la proyección de Moody’s sobre la economía peruana para el presente año?
Estamos proyectando un crecimiento relativamente moderado de 2.3% para este año, luego del 2.6% que estimamos para el 2022.
Lo proyectado obedece, principalmente, a la desaceleración de la economía global, pero también considera algunos riesgos a la baja, dependiendo de cómo reaccione la inversión privada y la confianza empresarial ante todo el tumulto político que tuvimos a finales del año pasado, y que en cierta forma no se ha extendido tanto este año, porque no hemos visto mucha violencia o gran número de protestas, como vimos en diciembre del 2022, y que sí influyeron en la actividad económica.
¿Y la inversión privada se recuperaría?
Para este año nuestra expectativa es que la inversión privada se mantenga nula, sin cambios, lo cual es algo positivo, considerando lo que veíamos hacia finales del 2022, es decir, observábamos que la inversión privada se contraería en el presente año, sobre todo cuando vimos el tumulto político en diciembre pasado.
¿Qué sectores productivos tendrían un buen desempeño este año y qué otros no lo tendrían?
Esperaríamos que el sector construcción tenga un desempeño más bajo por una dinámica de desaceleración de la inversión pública, y esto es normal cada vez que hay nuevas autoridades que asumen los gobiernos regionales y locales.
Ellos ejecutan las dos terceras partes de la inversión pública, lo cual está ligado al desempeño a este sector, aunque puede que todavía haya algo de movimiento en proyectos inmobiliarios.
Por otro lado, seguimos con la expectativa de que los sectores relacionados con las exportaciones, como el minero y el agroindustrial, continúen siendo los que mejor comportamiento tengan en este año. Mientras que otros sectores, tipo el de comercio minorista tengan un desempeño más moderado.
Se podría decir que la incertidumbre política que hay en el Perú lleva un buen tiempo, pero la economía sigue creciendo, aunque a menor velocidad. Mientras que las movilizaciones sociales parecieron tener un efecto negativo más rápido, ¿Cuál es el grado de impacto real que tienen ambos factores?
Sin duda, las protestas tuvieron un impacto más directo sobre el desarrollo de la actividad económica, porque imposibilitan el movimiento y el tráfico de personas, servicios y bienes. Pero sí creemos que el ruido político le resta potencial de crecimiento a la economía, tiene un efecto más indirecto porque golpea las expectativas del sector privado y esto le quita dinamismo a la inversión privada, el cual es uno de los motores más importantes de la economía peruana.
¿Cómo calificaría las medidas que ha propuesto el Gobierno con el plan ‘Con Punche Perú’?
Parece que las medidas adoptadas son las adecuadas porque se está tratando de anclar y dinamizar la economía de manera rápida. Al respecto, el ministro de Economía y Finanzas, Álex Contreras, entiende muy bien qué medidas funcionan y qué otras no funcionan para tratar de agilizar la actividad productiva en el corto plazo y darle un poquito de impulso a la confianza del sector privado.
¿Y se podría cuantificar el impacto del plan ‘Con Punche Perú’?
Difícil de medir en este momento por el nivel de incertidumbre que tenemos, porque no hemos visto que tan golpeadas están las expectativas del sector privado para este año, luego de las protestas. Por un lado, tenemos que las movilizaciones sociales en estos últimos días no han sido tan intensas como lo que vimos a finales del año pasado, y eso apoya a que se vea una perspectiva un poco más favorable en cuanto al desarrollo de la actividad económica.
Pero, en general, si bien son medidas muy bien diseñadas, el impacto cuantitativo es demasiado complejo de determinar en este momento, porque tendríamos que esperar por lo menos un mes para ver cómo evolucionan los indicadores económicos.
Los resultados fiscales de Perú (déficit de 1.6% a noviembre del 2022) permiten un mayor margen de maniobra al Estado, ¿Cómo se explicaría ello?, ¿hay más ingresos o el gasto público cayó?
Sin duda, los ingresos han tenido que ver, porque aumentaron más de lo esperado, lo cual es un fenómeno que vemos en todo Latinoamérica, en parte ayudado por la inflación que repercute de buena forma porque le da un impulso en el corto plazo a los ingresos fiscales.
Creemos que esa dinámica no se mantendrá este año, conforme la inflación vaya decreciendo y la actividad económica se modere un poco con respecto al año pasado. Pero, como bien dices, hay un buen resultado fiscal que ayuda a que se tenga algo de espacio en los recursos del Estado para estimular la economía, si fuese necesario, y también tratar de acelerar el gasto social y apaciguar las tensiones sociales.
¿Es una buena iniciativa seguir entregando bonos a la población vulnerable?
Es admisible mientras los ingresos fiscales sigan creciendo de manera robusta, pero es una medida de corto plazo que ayuda a complementar el impulso de la inversión pública, aunque no debería recurrirse muy frecuentemente. La utilización de los bonos debería estar llegando a su fin, porque este año vemos un panorama más complicado para los ingresos fiscales.
Jaime Reusche señaló que los inversionistas extranjeros todavía consideran a Perú uno de los mejores países de América Latina para invertir, aunque hay cierto nivel de cautela por el tumulto político que tuvimos el cierre del año pasado.
Sostuvo que volver a ganar esa confianza demorará un poco, pero tenemos que continuar con los buenos resultados fiscales y mantener un cierto nivel de concordia política por unos meses.
El ejecutivo del Grupo Moody’s Investors Service enfatizó que los inversionistas extranjeros no han perdido la confianza en Perú, pero ciertamente está debilitada.
Manifestó que la clase política debe tomar conciencia de lo importante que es darle las herramientas al sector privado para que pueda generar crecimiento y al mismo tiempo mejorar la visión que tienen los inversionistas extranjeros del país.