La tasa de inflación de Colombia alcanzó el 6,86% en julio, una de las más altas de la región. En comparación, la inflación de Brasil se sitúa en el 4,5% respecto al año anterior, y la de México en el 5,57%.
Un estudio reciente de Hedgepoint Global Markets asegura que las monedas latinoamericanas se han depreciado significativamente en las últimas semanas debido a una combinación de factores, como las fluctuaciones de los precios de los commodities y la inestabilidad política.
Según Victor Arduin, analista de Macroeconomía y Energía de la consultora, “a diferencia del año pasado, México y Brasil, que anteriormente tuvieron un buen desempeño en comparación con otros países emergentes, ahora enfrentan una fuerte depreciación de sus monedas en 2024.
Mientras que México enfrenta desafíos con reformas que pueden afectar la confianza en el país, en Brasil la atención se centra en la situación de las cuentas públicas”, subraya.
El analista señala que, en este contexto, Colombia tuvo un mejor desempeño que sus pares regionales. A pesar de tener una de las tasas de inflación más altas de la región y enfrentar desafíos macroeconómicos, su moneda solo se depreció un -2,05% con respecto al año anterior, mientras que otras monedas, como las de Brasil (-12,86%), México (-15,13%) y Chile (-6,87%), sufrieron caídas más significativas.
“Profundizando en el mercado de divisas de los países emergentes, exploraremos las perspectivas para el peso colombiano”, dice.
COLOMBIA TIENE UNA DE LAS TASAS DE INFLACIÓN MÁS ALTAS DE LA REGIÓN
La tasa de inflación de Colombia es una de las más altas de la región, con un 6,86% en julio. En comparación, Brasil registró un aumento de precios del 4,5% con respecto al año anterior, mientras que México se sitúa en el 5,57%. Sin embargo, datos recientes indican que los precios en el país sudamericano están convergiendo gradualmente hacia la meta del 3%, resultado de la política monetaria restrictiva que se aplica desde fines de 2021.
Un posible recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Federal Reserve) en septiembre podría ampliar el diferencial de las tasas de interés entre Colombia y Estados Unidos, fortaleciendo potencialmente el peso colombiano en el corto plazo.
“Esta apreciación podría ayudar a mitigar las presiones inflacionarias en la economía. Además, el debilitamiento del dólar podría beneficiar a las monedas de los países emergentes, así como a las de las naciones exportadoras de commodities, como Colombia”, señala.
Aunque las tendencias monetarias hayan dado señales positivas a las autoridades del banco central, la situación fiscal presenta un panorama diferente. Al igual que en otros países de la región, el mercado ha expresado su preocupación por la estructura fiscal del país, debido principalmente a ingresos inferiores a los esperados y a la presión de más gastos en el presupuesto.
PESO COLOMBIANO TIENE UN BUEN DESEMPEÑO
A pesar de los importantes desafíos fiscales, la moneda colombiana tuvo un mejor desempeño que algunos de sus pares en 2024.
“Nuestro análisis econométrico, al descomponer la volatilidad de las monedas de los países emergentes y de los exportadores de commodities, nos permitió estimar un valor razonable para el peso colombiano. Al comparar el valor actual de la moneda con estos valores razonables estimados, comprobamos que el peso colombiano está valorado con relación a los fundamentos observados en otros países”, considera.
Victor señala, sin embargo, que es importante observar que la reciente depreciación de la moneda, impulsada principalmente por las políticas fiscales expansionistas del gobierno, puede ejercer una presión adicional sobre el tipo de cambio en el segundo semestre de 2024, incluso en un contexto de política monetaria menos restrictiva en Estados Unidos y Europa.
“En este caso, los fundamentos de la política monetaria pueden respaldar la moneda en el corto plazo. Sin embargo, la trayectoria de la deuda pública y el elevado déficit fiscal aumentarán gradualmente las incertidumbres del mercado, lo que conducirá a presiones de depreciación sobre la moneda”, opina.
Colombia enfrenta desafíos no solo fiscales que pueden afectar el desempeño del peso colombiano. Su balanza comercial se ha visto bajo presión debido a la caída de los precios de los commodities. Como resultado, es probable que el país registre una menor entrada de dólares.
El petróleo es uno de los principales commodities exportados por el país. Sin embargo, la producción nacional ha disminuido en los últimos años. El aumento de los precios, impulsado por la guerra en Ucrania, ha mitigado este impacto, pero la reciente caída de los precios del petróleo puede generar inquietud en el mercado.
“El país pretende aumentar su producción de petróleo a 1 millón de barriles diarios. No obstante, los impuestos más altos junto con las políticas públicas que promueven la transición energética, han desincentivado las inversiones en el sector petrolero upstream, dificultando la consecución de este objetivo”, concluye.
En resumen, aunque países latinoamericanos como México y Brasil enfrentan una devaluación más pronunciada de sus monedas en 2024, el peso colombiano ha tenido un mejor desempeño.
Esto no significa que los fundamentos internos estén exentos de preocupaciones. La situación fiscal del país sigue siendo compleja y la caída de los precios de los commodities, principalmente del petróleo, puede representar desafíos adicionales.
Los recortes de las tasas de interés estadounidenses pueden ofrecer un alivio a las autoridades monetarias de varios países, entre ellos Colombia, donde es probable que el diferencial de las tasas de interés refuerce el peso colombiano y contribuya a reducir la inflación.
Sin embargo, estos beneficios pueden verse superados por factores internos que causan preocupación y pueden reducir la entrada de dólares al país.