El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, profundizaron en los alcances que tendrá el recién anunciado ‘Pacto por el crédito’ de cara a la reactivación económica. Destacan créditos a microempresas industriales y foco en financiación de mejoramientos de vivienda, entre otros asuntos.
Se siguen conociendo los alcances del llamado ‘Pacto por el crédito’ entre el Gobierno y el sector financiero. Este miércoles, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, profundizaron en los alcances que tendrá una mayor financiación en los cinco sectores priorizados en los planes de reactivación económica del Gobierno: vivienda e infraestructura, manufactura y transición energética, agro, economía popular y turismo.
Básicamente, el ‘Pacto por el crédito’ es el mecanismo que financia los planes de reactivación que contempla el Gobierno como respuesta a una economía que se enfrió en 2023 y quiere consolidar el mayor ritmo visto en 2024.
¿Cómo? A través de un impulso a la demanda; entiéndase mejores condiciones de financiación para las microempresas industriales, para los operadores turísticos, para productores agrícolas o para comprar o mejorar la vivienda, entre otros ejemplos de actividades que, por sus encadenamientos, pueden mover el aparato económico colombiano.
Como lo explicó Jonathan Malagón, “son sectores que logran convertir inversiones en crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y, por lo tanto, en empleo”.
Los beneficios reales del ‘Pacto por el crédito’
El acuerdo anuncia mayores desembolsos de créditos para los sectores anteriormente mencionados. Ahora bien, las condiciones en que se entregarán esos créditos y, por tanto, las ventajas para los colombianos están por verse. Según comentó el presidente de Asobancaria, en las próximas tres semanas tendrán lugar diferentes conversaciones con gremios y empresarios para definir las condiciones.
Por lo pronto, tanto el Gobierno como los bancos representados en Asobancaria han reiterado que habrá mejores condiciones de financiación para la economía popular, es decir, fomento a esas actividades económicas desarrolladas por unidades de baja escala (personas, familias, micronegocios o microempresas) en los sectores económicos priorizados.
“Sectores donde, además, hay una apuesta decidida por la economía popular, para llegar también a pequeños emprendedores en las ramas que el Gobierno trace”, mencionó el presidente de Asobancaria.
Por ejemplo, el ministro de Hacienda mencionó que hay una meta de 500.000 créditos para microempresas industriales. Ricardo Bonilla explicó que, en muchos casos, los colombianos podrán acceder a créditos con tasa compensada.
“La tasa compensada hoy es un instrumento que se desarrolla a partir de la banca de segundo piso, que vamos a fortalecer con Bancóldex para desarrollar un objetivo que nos ha planteado el sector bancario: una meta de 500.000 créditos para la microempresa industrial, que serían canalizados con mecanismos conjuntos entre la banca pública y la banca privada. Tasa compensada y garantías del Fondo Nacional de Garantías. Ese tipo de acercamientos están”, dijo el ministro.
Bonilla agregó que las personas interesadas deberán acercarse a bancos y presentar sus proyectos. “Los bancos tendrán agilidad en las respuestas, lo que permita que los proyectos y las necesidades de capital de trabajo estén financiadas en estos meses para financiar la economía”, agregó.
De esta manera, parece saldado un debate que arrancó desde mayo. En varias oportunidades, incluyendo la instalación del Congreso, el presidente Petro dijo que aunque a los banqueros no les sonara, iba a insistir en las inversiones forzosas para reactivar la economía. Este mecanismo consiste, básicamente, en que los bancos deban usar sus depósitos (es decir, los ahorros de los clientes) para destinar créditos a un sector en particular, pero por obligación y sin considerar los criterios de rentabilidad y riesgo.
Ahora, tras el acuerdo alcanzado por las partes, se pondrán en marcha inversiones estratégicas en forma de créditos que, aunque se regirán por condiciones de mercado, pretenden mejorar la financiación de actividades clave para el engranaje de la economía.